Un coche bomba daña un importante mausoleo chií en Damasco
Dos vehículos bomba explotaron ayer en Siria causando varios heridos y numerosos daños materiales. Uno de los vehículos explotó cerca del mausoleo y centro de peregrinación chií de Zeynab, al sur de Damasco. El otro lo hizo en la localidad de Idlib, al noroeste del país.
GARA |
Un kamikaze hizo explotar ayer un coche en un aparcamiento situado a 50 metros del mausoleo y sitio de peregrinación chií de Zeynab, al sur de Damasco, causando 14 heridos y cuantiosos daños materiales, según informaron medios oficiales.
El opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), con sede en Londres, aseguró que el objetivo del atentado era un edificio de las fuerzas de seguridad situado cerca del mausoleo dedicado a Sayida Zeynab, nieto de Mahoma, y frecuentado cada año por centenares de miles de peregrinos, sobre todo iraníes y libaneses. Se estima que un 15% de la población siria es chií y un 10% cristiana.
Según un testigo, una camioneta entró en el aparcamiento hacia las 6.00, hora local, y explotó entre los vehículos estacionados, incluyendo autobuses de peregrinos. Las ventanas del mausoleo estallaron y sus minaretes también resultaron dañados. La explosión dejó un cráter de tres metros en el suelo.
Casi al mismo tiempo, otro coche bomba que aparentemente se proponía destruir un retén del Ejército estalló en la ciudad de Idlib, en el noroeste de Siria. Un número indeterminado de soldados murieron o resultaron heridos en la explosión.
Por otra parte, el OSCH denunció la muerte de nueve civiles y dos milicianos en bombardeos del Ejército y en combates.
Fuerzas opositoras aseguraron, además, que al menos once personas fallecieron a causa de la ofensiva de las fuerzas gubernamentales contra Deir al Zor, capital de la provincia del mismo nombre. Señalaron que la artillería del Ejército cargó desde las colinas próximas a la ciudad después de que se retirasen los cientos de soldados que, apoyados por carros de combate, habían entrado el miércoles en la ciudad para combatir al Ejército Libre Sirio, que domina amplias zonas de esta provincia.
Las provincias de Deraa y Homs también fueron escenario de bombardeos y combates.
Por otra parte, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Italia tenía previsto enviar ayer ayuda médica a Siria para paliar los problemas sanitarios ligados al conflicto y también a Jordania para asistir a cerca de 120.000 refugiados. Según cálculos del OSDH, 14.4000 personas han muerto desde el inicio de la revuelta en marzo de 2011.
Amnistía Internacional (AI) acusó a las autoridades sirias de orquestar una política dirigida a vengarse de las comunidades que apoyan a la oposición y a intimidar a sus habitantes. En la presentación del informe «Represalias mortales», la asesora de este organismo Donatella Rover presentó nuevas evidencias que probarían «la creciente oleada de ataques contra la población civil, incluidos crímenes de guerra y contra la humanidad, cometidos por fuerzas gubernamentales y milicias con impunidad total».
Pese a no contar con el permiso del Gobierno, AI visitó entre abril y mayo 23 ciudades y pueblos en las provincias de Alepo e Idleb. Según el informe, en todas las localidades recogieron testimonios de familias que describieron cómo parientes suyos habían sido secuestrados y ejecutados por soldados. De igual forma, «militares y shabiha incendiaron casas y propiedades, y torturaron de forma sistemática a los detenidos, en ocasiones hasta causarles la muerte».
Por ello, instó al Consejo de Seguridad de la ONU a imponer un emabargo de armas a Siria, y a Rusia y China a detener la venta a Damasco de armamento, munición y equipamiento militar. GARA
Un convoy de observadores de la ONU llegó ayer a Haffeh, una ciudada «casi desértica», según un fotógrafo de Reuters que los acompañaba. Afirmó que vieron edificios oficiales destruidos por incendios, comercios abandonados y un cadáver en la calle.
