La directora del Museo San Telmo, Susana Soto, el director de Eureka!, Ignacio Zuzuarregi, y el extrabajador de la red de teléfonos de Donostia, Ignacio Cocho, dieron a conocer ayer las dos «joyas del patrimonio industrial» donostiarra que el museo de la ciencia ha cedido a San Telmo para su exposición permanente.

La central telefónica de conmutación automática se inauguró en Donostia el 13 de junio de 1926 en el número 29 de la calle San Marcial, lo que permitió a la ciudad ser la primera capital del Estado español en contar con este servicio, antes incluso que ciudades como Madrid o Barcelona.

En un primer momento la explotación de la Red Telefónica Urbana fue llevada a cabo por el Ayuntamiento hasta que, en el año 1959, se decidió que fuera utilizada por un órgano especial de la administración dada su complejidad.

En el año 1971 se transfirieron los servicios de la Red Telefónica Urbana a la Compañía Telefónica, por un total de 1.000 millones de pesetas, y la central se mantuvo en funcionamiento hasta el año 1988. El Museo San Telmo acoge parte de la central telefónica de 1926, que daba servicio a unos 500 abonados, según explicó Ignacio Cocho.

Esta pieza fue clave en el desarrollo comercial e industrial de Gipuzkoa, ya que incluso los pequeños talleres alejados del centro urbano estaban conectados, lo que acercaba entre sí los centros de producción y de consumo.

Proyector de cine

La otra pieza incorporada al museo, un proyector de cine Philips F5 de los años 50, fue utilizado durante varios años en el colegio donostiarra Presentación de María, aunque después se empleó en la Sala Arrasate de Kutxa.

Susana Soto destacó «el trabajo que el San Telmo y Eureka! Zientzia Museoa han realizado» para conseguir que estas dos piezas formen parte de la exposición permanente. También dijo que de «las dos piezas expuestas solo se pondrá en marcha la central de teléfono».