El PNV anunció ayer que se ha puesto en contacto con PSE y PP para presentar una moción de censura contra Juan Carlos Alduntzin, diputado guipuzcoano de Medio Ambiente. El argumento esgrimido por los jeltzales es la negativa del Gobierno foral a someter a la votación de las Juntas Generales su programa de gestión de residuos, ya que entiende que es una competencia del Consorcio (GHK).

El órdago del tripartito opositor llegó tras la segunda y última sesión del debate monográfico celebrado en la Comisión de Medio Ambiente, donde estas tres formaciones sumaron sus votos para reclamar a la Diputación que se ciña al plan de residuos aprobado durante la anterior legislatura y en el que se contempla la incineración de los residuos sólidos urbanos y el vertido de las cenizas como tratamiento finalista.

El Ejecutivo que lidera Martin Garitano se reafirmó el pasado martes en que su «estrategia de desarrollo» no supone un nuevo plan, sino una actualización del existente, y subrayó que «no es el capricho de un diputado, sino el trabajo realizado bajo el mandato de un gobierno. A quien no le guste la estrategia de los residuos, debe saber que este gobierno no tiene intención de variar el rumbo».

El presidente del Gipuzku Buru Batzar, Joseba Egibar, acusa al Gobierno foral de haber incumplido el acuerdo suscrito por PNV y Bildu el pasado diciembre, por el cual se establecía una moratoria de seis meses en las obras de construcción de la planta de Zubieta.

En su punto cuarto, ese pacto señala que la Comisión de Medio Ambiente «conocerá y analizará las propuestas que en su caso la Diputación pueda enviar a Juntas Generales, dirigidas a la modificación de la norma foral en vigor».

El Gobierno niega la mayor y rechaza que su documento, redactado por cinco expertos internacionales y que potencia la recogida selectiva, el reciclaje y el depósito en vertederos de inertes, suponga modificación alguna de la norma. El conflicto interpretativo está servido y podría desembocar en los tribunales. La juntera del PNV María Eugenia Arrizabalaga manifestó que «si alguien contraviniera la ley en vigor habría previsibles consecuencias».

Diputación y ayuntamientos

Antes de que la formación jeltzale expusiera su postura, el PSE ya había disparado por elevación, reclamando no solo iniciativas para derribar al Gobierno de Garitano, sino también emprender acciones similares en Donostia, Errenteria, Lasarte-Oria y Andoain. La apuesta del PSE pasa por entregar la Diputación al PNV a cambio de estas cuatro alcaldías.

Aralar es el único partido que acompaña a Bildu en la defensa del nuevo programa. Su única apoderada, Rebeka Ubera, retó a PNV, PSE y PP: «Alardeáis de que conformáis mayoría en esta Cámara y que Bildu no tiene esa mayoría. Ya que al inicio de esta legislatura no tuvisteis el valor de ello, tomad el Gobierno foral y para construir así la incineradora».

Un guante que Joseba Egibar no está dispuesto a recoger, al menos por ahora. A su juicio, una moción de censura contra Martin Garitano alimentaría el «victimismo» de la coalición de izquierdas y soberanista. Y no conviene olvidar que las elecciones autonómicas están en el horizonte cercano.

La aprobación de la moción de censura contra Juan Carlos Alduntzin supondría su cese inmediato. No obstante, parece evidente que su sustituto o sustituta no supondría cambio alguno en la hoja de ruta del Ejecutivo. Por ello, se preguntó al presidente del GBB si al margen de su valor efectista, esta iniciativa tiene alguna consecuencia práctica y si contempla una legislatura con un carrusel de nombramientos y censuras.

«Si quieren persistir en el error, el desgaste va a ser de ellos y la legislatura va a ser muy larga», manifestó Egibar, quien añadió que ahora el objetivo de Bildu es «camuflar una gran derrota, la implantación del Puerta a Puerta», que tildó de «imposición».

Firmas y consultas populares

En este sentido, ensalzó las recogidas de firmas llevadas a cabo contra este sistema en diversas localidades, si bien asumió que la decisión es competencia de los plenos municipales.

Preguntado por su parecer respecto a una posible recogida de firmas contra la incineración, comentó que «las firmas son un exponente, no tienen carácter vinculante. Son un indicador, un termómetro».

Cuando se le planteó incluso una consulta ciudadana al respecto, replicó que «si quieren plantearla que la planteen, pero la voluntad popular ya ha hablado durante los últimos quince años», en referencia a las Juntas.

Lo que parece evidente es que el PNV prefiere pisar con tiento, pese a los cantos de sirena de PSE y PP. Su versión es que la moción contra Alduntzin supone un toque de atención, un aviso a navegantes para que Bildu sea consciente de que «tiene una minoría para impedir, pero no una mayoría para construir».

De este modo, descartó que esta iniciativa se pueda extender a algún consistorio guipuzcoano y negó que esté cerrada la posibilidad de un acuerdo presupuestario. «Ha habido una quiebra de confianza, pero no hay frente antiBildu. Ellos verán cómo pretenden ganar el terreno de la confianza perdida», sentenció Egibar.