La bolsa volvía ayer a dar muestras de estar, al menos por ahora, de espaldas a la crisis. La prima de riesgo, que cerró en los 543 puntos, y la rentabilidad del bono a diez años, que tocó el 7%, no eran suficiente lastre para atemorizar a los inversores. Además, por la mañana se sabía que la deuda de las administraciones públicas subía en el primer trimestre hasta los 774.549 millones de euros, lo que representa un 72,1% del PIB, su nivel histórico más alto. Esta referencia se sumaba, además, al dato conocido un día antes sobre la deuda de los bancos españoles con el BCE. En total, en mayo tenían pendientes de devolución 287.813 millones de euros, un 9,2% más que al final del ejercicio pasado. Por la tarde, los flojos datos de confianza del consumidor y producción industrial de Estados Unidos completaban un panorama poco satisfactorio. Tampoco parecía asustar el desenlace de las elecciones griegas. Al cierre, el Ibex, ajeno a todos estos obstáculos, subía un 0,34%, hasta los 6.719 puntos. Los avances alcanzaron a Fráncfort (+1,48%), París (+1,82%) y Londres (+0,22%). En el Ibex, Bankia (-6,50%) proseguía con su derrumbe, mientras que ArcelorMittal (+5,44%) y Técnicas Reunidas (+4,74%) lideraban las subidas. Hasta quince valores se anotaban más de un 2%. Los tres grandes, Santander, BBVA y Telefónica, recortaban menos de un 1%. Por el contrario, Iberdrola (+2,70%) y Repsol (+1,49%) acabaron al alza. En París, los bancos se colocaron entre los mejores. Crédit Agricole ganó un 6,28%, Société Générale, un 5,02%, y BNP Paribas, un 4,26%. L'Oréal (+1,28%) registró la mayor caída de la jornada.