La celebración ayer y hoy en Donostia de la Unión Interparlamentaria Popular, se presenta como un empujón del PP a la campaña del partido en la CAV en previsión de un adelanto electoral. Mariano Rajoy acudirá a cerrar el encuentro en compañía de Antonio Basagoiti y lanzar así definitivamente su carrera hacia las urnas.

La concesión del derecho a voto de cualquiera que haya vivido algún tiempo en Euskal Herria aparece como uno de los mensajes con los que el PP pretende atraer apoyos. Sin embargo, la cita de representantes del PP no podrá eludir la cuestión de la grave crisis.

Oyarzábal fue el encargado de dar la bienvenida a los doscientos cargos asistentes a una ciudad «que ha sido acosada por los fanáticos, pero que ha resistido».

Aseguró que Donostia «es la ciudad en la que ETA cometió su primer atentado mortal, contra una niña en 1960 [atentado que no fue de ETA, sino del DRIL]». Y después apuntó que «había habido noventa personas más asesinadas en estas calles. Esta es la ciudad de Gregorio Ordóñez y nosotros no lo olvidamos».

Bandera y ofensiva

En su discurso Oyarzábal recalcó «la bandera de España ondea, aunque a duras penas, en el ayuntamiento de San Sebastián gracias al PP, una bandera que va a seguir ahí». La enseña se encuentra en mal estado y el Gobierno español ha exigido al consistorio la colocación de una nueva bajo amenazas de adoptar decisiones judiciales.

Ya en clave electoral, Iñaki Oyarzábal anunció a los parlamentarios llegados desde todo el Estado español que el nacionalismo vasco «prepara una gran ofensiva y quiere volver a la bronca. El PNV y Bildu son dos versiones del mismo proyecto. Después de las elecciones PNV y Bildu pactarán para gobernar juntos, y sólo hay un partido que les pueda hacer frente, el PP, porque el PSE ha tirado la toalla».