La silicosis avanza. Esta es una de las principales conclusiones del informe del Instituto Nacional de Silicosis, con sede en Oviedo. El último informe referido a 2011 confirma que se han detectado 256 nuevos casos, siendo clasificados 87 directamente como «neumoconiosis complicada». De estos, a 59 les concedieron la incapacidad permanente abso- luta». Recuerda que el IARC, Instituto de Investigación del Cáncer, ratificó la sílice como «cancerígeno en humanos» en el año 2012.

Como indica el informe, del total de casos localizados, 141 son trabajadores en activo y 115 son pensionistas. «Se trata del primer año en que los trabajadores en activo superan a los pensionistas», describe el estudio

Según este informe científico, los casos de 2011 son similares a los de 2004, cuando se detectaron 264. En 2002, se elevaron a 292 casos y hasta 375 en 2003. Después comenzó una senda de reducción hasta 2010, que fueron a 220 afectados y 256 afectados el año pasado.

Un dato a tener en cuenta es que los datos que aparecen en el informe de este cualificado instituto son cuatro veces más de los que aparecen en los listados de enfermedades profesionales de la Seguridad Social.

Osalan realizó hace ya unos cuantos meses un estudio sobre la silicosis y dijo que iba remitiendo porque la actividad de canteras, marmolerías, etc estaba reduciéndose por la crisis económica, pero el informe de Oviedo confirma que el año pasado se detectaron 12 casos en Hego Euskal Herria. Un solo de ellos es de Nafarroa y el resto de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa.

Sobre todo fundiciones

Del caso navarro explica que es «simple y procede de una marmolería con un historial laboral de riesgo de 19 años». Del resto, ocho son casos simples de neumoconiosis, pero tres son «complicados». Siete están en activo.

«De los dos trabajadores en activo diagnosticados con neumoconiosis complicada, uno de ellos procede de marmolerías con seis años de antigüedad y el otro procede de una fundición con 37 años de vida laboral». Un pensionista también tiene una silicosis avanzada. Trabajó en un fundición durante 36 años.

Delegados sindicales de LAB denunciaron ante la sede de Mutualia en Iurreta que esta mutua no quiera apoyar económicamente a un joven trabajador que tiene un hijo con una fuerte minusvalía y se ha visto obligado a reducir su jornada laboral para cuidarle. Con la dificultad añadida de que su compañera tiene otra minusvalía y, además, tiene que atender a otro hijo de 4 años.