Basta echar una ojeada a los principales medios de comunicación cuando hablan de las próximas elecciones griegas, para darse cuenta de que los que mandan también tienen miedo. Básicamente el escenario lo presentan como algo de buenos o malos. (...) Tenemos que elegir entre Europa o la destrucción de la misma. Así es como participan las élites continentales ante «la fiesta de la democracia» del próximo 17 de junio. Presionado, tergiversando, embarrando el terreno y azotando el miedo a la población.

Pero, ¿realmente están tan aterrados a causa de una posible salida del euro por parte del país heleno? Yo creo que no. Eso les preocupa seguro, pero su mayor inquietud es que se queden y se abra la caja de Pandora.  El verdadero miedo que puede tener la cleptocracia financiera, es que se vuelva a hablar de Europa, pero de otra forma. (...)

Syriza propone una auditoria de la deuda; nos avanza que el 75% es de carácter ilegal, es deuda odiosa y hace un llamamiento a reunirse con otros países que se encuentran en una situación similar. Propone todo esto y mucho más sin renunciar a Europa, ¿por qué habrían de hacerlo? ¿Acaso alguien asegura que volviendo al dracma la vida de la gente va a mejorar? Esa es la opción fácil, siempre está ahí, es mejor dar la batalla en la complejidad, hilar más fino: renunciamos a su visión de Europa, que no es lo mismo que a Europa.

(...) Pero ¿por qué votar o apoyar a Syriza? ¿Qué tiene de distinto? Como dice el filósofo Sánchez Estop, «Syriza representa algo que el poder jamás podrá tolerar: el movimiento social que ha hecho democráticamente irrepresentable y moralmente impresentable al orden social vigente». Syriza ha conseguido hacer de unas elecciones al parlamento liberal, una impugnación al propio régimen financiero. Por supuesto que está por ver que lleva a cabo de su programa, si puede, si resiste y un largo etcétera, pero eso por ahora es harina de otro costal. (...)