Dívar opta por posponer la dimisión y despedirse mañana con el rey
El presidente del Tribunal Supremo español y del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Carlos Dívar, dejará a todas luces su cargo el jueves una vez que hayan concluido los actos del bicentenario del Supremo, a los que tiene previsto acudir mañana el rey. El propio Dívar reconoció ante el pleno del CGPJ que «la situación es insostenible», pero pidió a los vocales una «prórroga». Cinco de ellos opinaron que la dimisión debía haberse producido ayer mismo.
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Carlos Dívar no abandonará la presidencia del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) español y del Tribunal Supremo sin antes inaugurar mañana junto al rey los actos conmemorativos del bicentenario del Supremo. Está previsto que, pese a toda la polémica, pronuncie un discurso en su calidad de presidente de ambos órganos. La asistencia de Juan Carlos I también parece segura, siendo habitual en este tipo de eventos protocolarios una fotografía conjunta.
Dívar logró arrancar a los vocales del CGPJ reunidos ayer en una sesión extraordinaria -convocada inicialmente para el próximo jueves pero que se vio forzado a adelantarla a instancias de cinco vocales- una «prórroga» que le permita participar en los actos programados hasta el miércoles, pese a reconocer que la actual situación dentro de este órgano es «insostenible».
Si bien no mencionó de manera explícita la palabra «dimisión», aseguró que el jueves adoptará «una postura rotunda y contundente. Está bastante claro lo que quiero decir». Sus palabras fueron inmediatamente interpretadas por los vocales como una renuncia a su cargo.
La solución de compromiso se alcanzó tras un pleno de tres horas, en el que, en lugar de votarse las propuestas de dimisión o cese -planteado en solitario por José Manuel Gómez Benítez, cuya denuncia contra Dívar por «malversación» desató la crisis-, se adoptó por unanimidad un acuerdo que puso de manifiesto «el sentido mayoritario de pérdida de confianza» en Dívar a raíz de los viajes de fin de semana cargados al CGPJ por valor cercano a los 28.000 euros.
Fuentes del Consejo dudaron de que esas peticiones lleguen a votarse el jueves ya que, según filtraron, lo más probable es que anuncie su dimisión al comienzo del pleno, con lo que se evitaría una reprobación,
Pese al acuerdo unánime de los vocales, cinco de ellos -Margarita Robles, Félix Azón, Inmaculada Montalbán, Carles Cruz y Margarita Uría- emitieron un voto particular en el que, aun habiendo respaldado la solución adoptada, consideraron que la dimisión se debería habar materializado ayer.
En un texto leído al inicio del pleno, subrayaron que «la mínima demora» en la dimisión del presidente «impide la recuperación de la confianza social en la Justicia». Tras su lectura, 14 de los 20 vocales -21 con Dívar- que componen el CGPJ intervinieron para exteriorizar su pérdida de confianza. Éste, sin embargo, ya había conocido antes del inicio de la sesión extraordinaria la postura de algunos de ellos, con los que mantuvo reuniones por separado.
En una de ellas se entrevistó con los vocales de la Asociación Profesional de la Magistratura (APM), mayoritaria en la carrera judicial y de carácter conservador, que le trasladaron su postura ya expresada públicamente por miembros de la asociación en los últimos días de que su marcha sería «un desahogo».
En su única comparecencia ante los medios, admitió «el quebranto» ocasionado al Poder Judicial y a la carrera judicial, aunque mantuvo que «no había cometido ninguna irregularidad jurídica, moral o política» y tampoco pidió disculpas.
Pero ni sus palabras ni el archivo de la denuncia por parte de la Fiscalía ni la no admisión a trámite de la querella presentada en el Supremo lograron frenar la polémica.
El Gobierno español alabó «la responsabilidad» de los miembros del Consejo General del Poder Judicial que decidieron no votar la dimisión de su presidente. «El Ejecutivo valora la responsabilidad del CGPJ al optar por la estabilidad de la institución en este momento», en alusión a los actos de conmemoración del bicentenario que comenzarán mañana en el alto tribunal con presencia del rey.
El PSOE, por contra, lamentó que la dimisión no se produjera ayer aunque «valoró positivamente que vaya a abandonar el cargo por el deterioro institucional que está produciendo en ambas instituciones. «Cada día que permanece al frente del CGPJ y del Tribunal Supremo es un día más de descrédito para la institución y para el conjunto de la justicia», remarcó Antonio Hernando, secretario de Relaciones Institucionales y Política Autonómica del PSOE.
Por su parte, el diputado de IU y portavoz de su grupo en la Comisión de Justicia del Congreso, Gaspar Llamazares, reprochó a Carlos Dívar que haya querido alargar una «agonía que no se merecen ni la institución que tan mal ha representado ni el conjunto de la carrera judicial, que se ha visto salpicada por esta polémica actuación personalista».Añadió que espera que no haya «ninguna sorpresa de última hora y que se pase página lo más rápido posible de forma «rotunda y contundente».
El portavoz de Jueces para la Democracia, Joaquim Bosch, destacó que hay «motivos suficientes» como para que ayer hubiera dejado su cargo, que, en su opinión, permitirá abrir una etapa de regeneración del poder judicial. GARA
