El corazón de Polonia latía ayer en la ciudad de Wroclaw, curiosamente volcada en esta Eurocopa con la selección rival checa a la que acogía. Decenas de miles de aficionados no solo en el estadio sino en las calles, aguardando una jornada histórica para un fútbol polaco que de la mano de algunos destacados jugadores como Lewandowski o Kuba quiere revivir parte de aquellos años dorados de los Lubanski, Tomaszewski, Zmuda, Deyna o Lato, incluso la de los Smolarek y Boniek. Pero a la Polonia actual le pudo la responsabilidad. Todo un país, volcado con su selección, se vino abajo y con él la ilusión de un equipo que se había ganado también las simpatías del público por su a ratos juego alegre y por su voluntariedad y ganas de hacer algo importante en esta la que era su Eurocopa. Drama polaco. La competición pierde brillo en la grada y en el campo. Pasa Chequia, como primera, una perita en dulce para su futuro rival.

Pudo encarrilar el choque el once anfitrión en los primeros veinte minutos, cuando fue mejor que su rival, apretando la salida del balón en campo contrario y lanzándose con rapidez al ataque, pero no acertó ante un buen Peter Cech, como Lewandowski al minuto 9. Los checos, sin su director de orquesta Rosicky, lesionado, no acertaban a circular el balón y se limitaban al balón largo, faltos de ideas.

Pero perdió fuelle el equipo de Smuda -tanto que la primera mitad acabó con menos posesión que su rival- y en la segunda mitad, con las prisas, no solo polacas sino también checas por el 1-0 reinante a favor de los griegos ante la Rusia de Arshavin, fue incapaz de ir a por el partido como era su obligación. Un gol les metía de lleno en cuartos, pero ni por esas, esperando quizá coger al contrario en una contra. Mala elección. Sí lo hizo la República Checa, sin un gran juego, pero guiada por un gran Pilar y con la convicción de no irse de la competición sin al menos intentarlo. Y lo consiguió. Mejor asentados con el paso de los minutos, un gol mediada la segunda mitad de uno de esos gladiadores de los muchos de esta Eurocopa, como Jiracek, les dio el ansiado billete para cuartos. Wasilewski tuvo el empate y, ya en descuento, Lewandowski estuvo a punto de marcar el 1-1 pero Gebre Selassie despejó bajo palos,

La República Checa es el primer país que lidera una fase de grupos de Eurocopa con diferencia de goles negativa, lo que enfatiza aun más lo sorprendente que ha resultado la definición de este grupo. Su juego apenas ha brillado y se presenta como un rival asequible para cuartos.