La democracia participativa no va con PSE y PNV
Cuando, hace un par de semanas, se conoció que PNV y PSE habían accedido a secundar la proposición de Bildu respecto a la convocatoria de una consulta popular vinculante en Gasteiz sobre la nueva estación de autobuses, fueron muchos los gasteiztarras que, al tiempo que se alegraban por la posibilidad histórica que se abría a la participación ciudadana, se preguntaron por las razones por las que los partidos de Urtaran y Lazcoz habían aceptado. No cuadraba con la actitud que ambas formaciones habían mostrado hasta entonces. Pero el tiempo ha demostrado que ni PSE ni PNV querían realmente que se celebrara dicha consulta, y en los últimos días han hecho todo lo que estaba en su mano para evitarla.
PNV y PSE pensaban que el tema de la consulta iba a causar un coste social a Bildu, y con ese fin han maniobrado en todos los ámbitos, incluido el mediático. Pero al caer en la cuenta de que, al contrario, celebrarla iba a reforzar el mensaje político de la coalición abertzale de izquierdas, su objetivo ha sido torpedear la iniciativa. Hace una semana, lo intentaron sin éxito en la Junta de Portavoces, y ayer Patxi Lazcoz dejó claro, con su trágala, que no iban a permitir que la ciudadanía gasteiztarra pudiera acudir masivamente a dar su opinión en un tema tan importante. Y menos, con las elecciones autonómicas a la vuelta de la esquina.