El lehendakari aprovechó ayer su presencia en el barrio donostiarra de Altza para arremeter contra quienes mantienen una «oposición numantina» frente a algunas grandes infraestructuras y criticó a la Diputación de Gipuzkoa y al Ayuntamiento de Donostia porque «con la excusa de la crisis y de la falta de ingresos estén paralizando» actuaciones. «No se puede permitir que los guipuzcoanos sean apartados del progreso», sentenció.

Patxi López habló en estos términos en el acto protocolario de colocación de la primera piedra de la futura estación de Euskotren en el Paseo de Larratxo, junto al ambulatorio. También estuvieron presentes los dos máximos representantes del Departamento de Transportes, Iñaki Arriola y Ernesto Gasco.

El ramal ferroviario que subirá desde Herrera tendrá 1.040 metros de longitud -todos soterrados- y desembocará en una estación situada a 28 metros de profundidad y con dos bocas de salida, una en el lugar donde ayer tuvo lugar el acto y otra en Arri Berri. Las obras han sido adjudicadas por 34,5 millones de euros a la UTE Sacyr-Febide-Cavosa-Mariezcurrena-Zubieder, y se espera que estén terminadas para el año 2015.

En principio Altza será estación término, si bien se prevé que en el futuro sea pasante, prolongándose el ramal hacia el este por Pasai Antxo y Galtzaraborda. En las próximas semanas se dará luz verde a la licitación de la redacción del proyecto constructivo.

Según informo Transportes, en octubre entrará en servicio la variante ferroviaria Loiola-Herrera, que incluye nuevas estaciones en Intxaurrondo y Herrera, mientras que se ultiman los controvertidos proyectos constructivos de los tramos Lugaritz-Centro-La Concha y Centro-La Concha-Anoeta para proceder posteriormente a la licitación y adjudicación de las obras.