Inglaterra recupera a su jugador franquicia, Wayne Rooney, en un duelo frente a Ucrania -Donbass Arena, 20.45, Telecinco- en el que le vale con un empate para pasar a cuartos. Más obligados, a los anfitriones solo les sirve la victoria en un choque a vida o muerte entre dos escuadras que han mostrado una doble cara durante el torneo, por lo que no se sabe cuál ofrecerán en el envite de hoy.

La entrada del delantero del Manchester United, segundo goleador de la Premier, es una buena noticia para su técnico, Roy Hodgson, lo que se contrapone a la duda por unas molestias en la rodilla de Theo Walcott, autor de la segunda diana frente a Suecia y que revolucionó al equipo para obtener la remontada ante los escandinavos.

Más importante es la incógnita que flota en la concentración del combinado ucraniano. Unos problemas en la espalda podrían impedir el concurso del alma máter del equipo, el veterano Andriy Shevchenko, quien marcase los dos goles de la victoria frente a Suecia. Su preparador, Oleg Blokhin, ha dejado en manos del futbolista la decisión de saltar de inicio en tan decisivo encuentro.

Estadio maldito

Si finalmente el mejor jugador local de los últimos tiempos prefiere comenzar desde el banquillo, su puesto lo ocuparía Devic y la responsabilidad ofensiva recaería en las alas, con Konoplianka y Yarmolenko. Ucrania necesita recuperar el crédito ante su afición y un estadio maldito -no ha ganado ningún partido de cuatro disputados en el nuevo recinto del centro industrial del país-, tras la decepción que se vivió en la segunda parte frente a Francia, que fue dominadora clara de un encuentro que se retrasó una hora debido a una fuerte tromba de agua.

La escuadra inglesa, en cambio, llega henchida de moral tras verse casi eliminada cuando Suecia le dio la vuelta al gol de Carroll, para después devolverle la moneda a los liderados por Ibrahimovic y colocarse con unos inmejorables cuatro puntos, que le permiten saltar al terreno de juego con la ventaja de bastarle un empate para verse en cuartos. No parece, sin embargo, que los pros vayan a salir con la especulación como bandera, pues cualquier descuido defensivo o jugada a balón parado podría dejarles fuera de la competición.