Sorpresa en el Olympic de San Francisco. Webb Simpson, de 26 años y en su segunda temporada en el PGA Tour, ganó el Abierto de su país, el segundo grande de la temporada que permite al joven jugador inscribir por primera vez su nombre en un torneo de Grand Slam.

Simpson sorprendió con una victoria preparada el sábado (68 golpes) y rematada el domingo con otra cartulina de 68 (-2). El norirlandés Graeme McDowell tuvo un último 'putt' de 7 metros para llevar el desenlace a un desempate el lunes, pero falló el golpe. El estadounidense, el decimocuarto jugador del mundo, conquistó el torneo más difícil y extremo del golf -ganó con +1 en el acumulado-, en el segundo Open USA de su vida (debutó el año pasado en el Congressional).

Natural de Raleigh (Carolina del Norte) fue tan frío durante la cuarta y última ronda como en su forma de celebrar la entrada inesperada en el Grand Slam. Sobre el terrible campo del Olympic, el estadounidense encadenó una racha prodigiosa entre los hoyos sexto y décimo, con cuatro 'birdies' que le pusieron en la senda del éxito. Después y hasta el final de trayecto, Simpson se limitó a no tropezar. Coleccionó pares y se llevó el trofeo porque McDowell falló un último 'putt' de siete metros en el hoyo 18 para empatar.

La tensión de ese último golpe lo vio Simpson desde la televisión instalada en la caseta de firmas. Tras el citado error, Simpson, junto a su pareja, no movió ni una ceja. «Probablemente he rezado más en los últimos tres hoyos de lo que lo he hecho en toda mi vida», explicó Simpson. Tiger Woods concluyó el 21 sin un ápice de brillantez.