El inicio de los encuentros en la cumbre del G-20 en México estuvo marcado por las valoraciones en torno a los resultados de los comicios griegos, que traslucían un cierto alivio momentáneo por la victoria de la derechista Nueva Democracia -dispuesta a asumir más recortes para recibir los fondos europeos-, aunque no consiguieron ocultar la preocupación que sigue generando la situación financiera española.

Fruto de esta incertidumbre fue el nuevo récord que marcó ayer la rentabilidad del bono español a diez años, que superó el 7% de interés por primera vez en la era euro y cerró la jornada en el 7,15%. Mientras, la prima de riesgo -que mide el diferencial entre la rentabilidad de la deuda alemana y la española- cerró también en un nuevo máximo, 574 puntos básicos, 30 más que al cierre del viernes, e incluso llegó a tocar los 590.

Se trata de unos niveles que difícilmente puede aguantar la economía española por mucho tiempo. De momento, podría dificultar las dos subastas que tiene previstas el Tesoro Público para esta semana, en las que espera colocar hasta 5.000 millones de euros en letras y bonos. En Italia, la prima de riesgo subió también y se situó en 467 puntos básicos.

El ministro español de Hacienda, Cristóbal Montoro, admitió que la situación que atraviesa el Estado español es «crítica» y «crucial», e insistió no solo en la necesidad de apostar más aún por el euro, sino también en que el BCE debe responder con «firmeza y fiabilidad» a los mercados.

Durante su intervención en el Pleno del Senado, donde se debatían los Presupuestos de 2012, Montoro reconoció que «los mercados no relajan la presión sobre España», a lo que añadió que eso quiere decir que «las dudas persisten. Dudas en el ámbito de la construcción de Europa, sobre el presente y el futuro del euro, sobre la capacidad de recuperación española», añadió.

A su juicio, en estos momentos es preciso «contar con la financiación adecuada a raíz de una mayor integración», a lo que añadió que el Banco Central Europeo «debe responder con toda firmeza y fiabilidad» ante unos mercados que «aún intentan obstaculizar».

En los mismos términos se expresó el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, quien achacó la subida de la prima de riesgo a que «sigue habiendo incertidumbres», por lo que demandó al BCE que actúe para defender al euro «de esos ataques especulativos».

Contaminar la deuda soberana

Entretanto, el presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Durao Barroso, pidió que el rescate bancario de hasta 100.000 millones de euros que el Eurogrupo prepara para el Estado español «evite cualquier contaminación entre deuda financiera y soberana».

En una comparecencia desarrollada en Los Cabos antes de la cumbre del G-20, Barroso dijo que el hecho de que la asistencia se conceda al Estado español y no directamente a los bancos, lo que significa que computa como deuda pública, es lo que está provocando una reacción negativa de los mercados.

«La Comisión Europea está a favor de un sistema que evite en la medida en que sea posible cualquier tipo de contaminación entre deuda financiera y deuda soberana, porque creemos que este es uno de los problemas que puede tener un impacto negativo en términos de reacción de los mercados», dijo.

El presidente del Ejecutivo comunitario respondía así al ser preguntado por la posibilidad de revisar el rescate bancario español tras el fracaso ante los mercados y de estudiar una inyección directa en las entidades por parte del fondo de rescate de la UE sin pasar por el Estado.

«Lo que esperamos ahora es que España presente su petición formal y entonces discutiremos entre los países de la eurozona la mejor forma de hacerlo. En este momento no puedo decir cómo se establecerá exactamente el mecanismo de apoyo», explicó. «Tenemos que discutir esto en el Eurogrupo, por lo que sería prematuro dar una respuesta definitiva», insistió.

El Ejecutivo comunitario defiende que el fondo de rescate pueda ayudar directamente a la banca, sin pasar por los estados, con el objetivo de romper el «círculo vicioso» entre deuda financiera y deuda soberana. Sin embargo, las normas vigentes no permiten esta inyección directa, a la que también se opone Alemania.

Por ello, el principio de acuerdo sobre el rescate bancario del pasado 9 de junio deja claro que el Estado español «será plenamente responsable de la asistencia financiera» y deberá firmar el memorando que recoja las condiciones.

A la espera de las auditorías

Entretanto, la Unión Europea (UE) espera que la publicación en los próximos días de los primeros resultados de las auditorías independientes a la banca española contribuya a devolver a los mercados la confianza, según indicó ayer una fuente comunitaria.

«Toda la claridad que será aportada en los próximos días sobre el estado del sistema financiero y bancario en España debería contribuir, para nosotros, a aclarar las cosas y a devolver la confianza», señaló.

Precisamente, el ministro español de Economía, Luis de Guindos, aseguró ayer que los informes de las consultoras independientes contratadas por el Gobierno para analizar las necesidades de capital de la banca española se conocerán el jueves, la fecha fijada desde un principio por el Ejecutivo.

A pesar de que se había especulado con la posibilidad de que la consultora alemana Roland Berger y la estadounidense Oliver Wyman adelantaran sus resultados ante la inestabilidad de los mercados, De Guindos subrayó en Los Cabos, que los presentarán el día 21.

El ministro de Economía comparecerá el próximo martes, día 26 de junio, en el Congreso de los Diputados, a petición propia, para explicar más detalles sobre el rescate solicitado a la UE.