Josu MONTERO | Escritor y crítico
Camus revisited
No es habitual que el galardonado con el Nobel sea un joven de 44 años, los que tenía Camus cuando lo recibió hace 55. Es como si los académicos hubiesen adivinado que el escritor no iba a disponer de tiempo; y es que poco más de dos años después estrellaría su coche contra un árbol. Una vida fulgurante que desfila en el blanco y negro de las docenas de fotos recogidas en el recién aparecido «Albert Camus. Solitario y solidario» junto a una selección de textos del escritor elegidos por su hija Catherine. En su dorada infancia argelina experimentó Camus la ausencia del padre, muerto en las trincheras de la I Gran Guerra cuando Albert tenía un año (algunas de sus páginas más emocionantes son esas en las que narra su visita a la tumba paterna en el Marne: la Historia devorando siempre a los humildes). Y también la figura tutelar de una madre trabajadora, analfabeta, silenciosa. Vivió entonces dos experiencias primordiales: La pobreza, la dignidad de la pobreza, la dicha luminosa de la pobreza: «La pobreza jamás me pareció una desgracia: la luz derramaba sobre ella sus riquezas», escribió en un bellísimo libro lleno de la vitalista luz del Mediterráneo, «El revés y el derecho», como lo están también «Bodas» y «El verano». Afirma que la pobreza material es la expresión de la vida verdadera. La otra experiencia determinante es el sol, cuya luz atempera y matiza su existencialismo, lo vuelve vitalista. Propone una vuelta al pensamiento mediterráneo; sobre las ruinas nihilistas de Europa nos ofrece la inevitable celebración de la unión sensual del hombre con el mundo, la aceptación del amor instintivo por el mundo como única forma de rebelión frente a la inexistencia de sentido. No es mal programa para hoy mismo.