No valen las excusas. Las actividades son tan variadas y las reivindicaciones tan necesarias que, por encima de edad, sexo, religión o inclinación política, no hay una sola persona que no encuentre su hueco en el amplio programa organizado por Euskal Herria Kirola, Kontseilua y ESAIT a lo largo de la jornada en las inmediaciones de Anoeta, al que pondrá la guinda el encuentro entre Euskal Herria y Eslovaquia (16.30, ETB1).

El apoyo al euskera, la reinvindicación de la oficialidad de las selecciones nacionales, el impulso a la igualdad de género... Derechos para los que el deporte ejercerá como altavoz, en una cita que, en lo estrictamente deportivo, tampoco está falta de alicientes. Y es que el estadio donostiarra será testigo del debut de la selección femenina de fútbol. Aunque hace casi una década la Federación Vasca ya organizó algunos encuentros, Euskal Herria como tal nunca había saltado al césped.

Lo hará esta tarde, con la secretaria técnica de la Real Garbiñe Etxeberria y el coordinador general del Athletic Iñigo Juaristi como seleccionadores, y 23 futbolistas que no han dejado de insistir en la tremenda ilusión que ha creado, no solo entre las elegidas, sino en todo el fútbol femenino vasco, la disputa de este encuentro. El honor de escribir el primer capítulo de una historia que se desea extensa, el escenario, la previsible presencia masiva de público, el peso de los colores...

«Para nosotras es un partido oficial», confesaba Iraia Iturregi, que las jugadoras afrontan con muchísimas ganas pero también con una doble responsabilidad. Honrar una camiseta que se sienten «privilegiadas» de defender, y «ofrecer un buen espectáculo y dar otro paso en el camino para intentar que suceda lo que, por otra parte, sucede habitualmente -explica Aintzane Encinas-, que los aficionados que ven por primera vez un partido de fútbol femenino, primero se sorprenden y luego se enganchan. No puede haber mejor escenario para intentarlo».

«No se me ocurre mejor escaparate para que se vea el trabajo que hacemos -coincidía Garbiñe Etxeberria, en una entrevista concedida a GARA con motivo de su designación como seleccionadora-. Nos ofrece la posibilidad, no ya de ver a nuestras jugadoras en sus equipos, por mucho que jueguen en Primera, sino como equipo y a nivel internacional. Y creo que, por un lado, al aficionado que habitualmente sigue el fútbol femenino le apetecera y le gustará, y además también será una buena `excusa' para que el aficionado al fútbol en general se acerque y se dé cuenta de que merece la pena. Porque, a fin de cuentas, sea masculino o femenino, y aunque pueda haber algunas diferencias, es fútbol. Si te gusta el fútbol, ¿por qué no te va a gustar aunque las jugadoras sean mujeres?», resume Etxeberria.

El nivel

Jugadoras de primer nivel. Porque la lista de 23 futbolistas que han elaborado Etxeberria y Juaristi -de la inicial se han caído Amaia Olabarrieta, operada la semana pasada, y las barcelonistas Laura Gómez y Marta Unzue por motivos técnicos, dejando su puesto a Sandra Ramajo, Marti Docando, Marina Agoues e Itsaso Nabaskues-, a la que hay que añadir la presencia de Amaia Prebende (Donapaleu) y Maite Etcharren (Donibane Garazi) en calidad de invitadas, desborda calidad.

No faltan campeonas de Liga y Copa, futbolistas con considerable experiencia a nivel internacional o algunas de las jóvenes que las últimas temporadas han visto reconocida su proyección en los premios Fútbol Draft. Tampoco faltan veteranas. Incluyendo dos para las que la cita resultará especialmente emotiva: Larraitz Lucas -que portará el brazalete de capitana- cuelga las botas tras 16 años en activo, incluyendo toda la trayectoria de la Real Sociedad desde su nacimiento. Lo mismo sucede con Marti Docando, la trotamundos baracaldesa, que se despide del fútbol en activo tras su paso por Bizkerre, Rayo Vallecano y, las cinco últimas temporadas, Atlético de Madrid.

Sus últimas galopadas las darán en un partido en el que los seleccionadores esperan demostrar que el equipo de Euskal Herria «tiene un buen nivel». Pese a que «quizá no es el mejor momento, porque la temporada ya ha acabado y las jugadoras no tienen la misma frescura», Iñigo Juaristi vaticina «un encuentro disputado y bonito». Un encuentro que también puede servir para disipar la gran duda de las protagonistas, cuál es su verdadero nivel como selección.

Un rival fuerte y rodado

La organización no parece haber elegido un mal termómetro. Eslovaquia ocupa el 36º puesto en el ranking mundial y, aunque nunca ha disputado una fase final de Eurocopa o Mundial -no hay que olvidar que se trata de un equipo joven, en liza desde 1993 tras la división de Checoslovaquia-, sí está habituado a las competiciones internacionales. Ahora mismo disputa, de hecho, la fase de clasificación para la Eurocopa de Suecia.

Dirigida por Zsolt Pakusza desde 2009, la selección eslovaca cuenta con jugadoras técnicas, pero también físicamente poderosas. Pese a que buena parte del equipo se ha renovado en los últimos tiempos, no está falta la experiencia. De la mano, sobre todo, de su capitana Monika Matysova, centrocampista del ASV Spratzern austriaco, al que llegó tras cinco temporadas en el Sparta de Praga.