España y Francia se miden -Donbass Arena, 20.45, Telecinco- con más antelación de la que cabría esperar a juzgar por lo visto durante el campeonato, pero el traspiés de los de Blanc frente a Suecia ha forzado un cruce que bien podría haber sido la final del torneo de haberse dado otros resultados.

Aunque ambas escuadras tienen sus bazas, la realidad inmediata es que sus últimas puestas de largo han dejado bastante que desear, muy alejadas de la categoría que se les presupone. Al ya citado ridículo que rozaron los bleus frente a los escandinavos y que devino en una bronca monumental en vestuarios de su técnico, hay que sumarle que los de Del Bosque tampoco anduvieron muy sobrados ante Croacia, rival que estuvo a punto de regalarle un serio disgusto, de no ser por la acertada actuación de Casillas.

Con ese incierto punto de forma, parece bastante arriesgado hacer un pronóstico en un sentido u otro, sobre todo por el hecho de que los dos conjuntos disponen de hombres con la suficiente calidad como para desequilibrar el envite de un lado u otro en el momento oportuno.

Koscielny por Mexes

De hecho, ambos preparadores van a disponer de sus piezas más importantes, aunque no será hasta los momentos previos al choque cuando se pongan las cartas boca arriba. Del Bosque repetiría su tercer once consecutivo -algo histórico-, pero nadie puede poner la mano en el fuego por si jugará Torres o Fàbregas. En el caso de Blanc, debe dar entrada a Koscielny en el eje de la zaga por el sancionado Mexes y podría aumentar el músculo en la medular, dando la titularidad a M'Vila.

Francia tratará de aferrarse a la estadística como mejor estimulante -nunca ha perdido con España en partido oficial, cinco victorias y un empate-, mientras que los hispanos apelarán al reto que se han marcado de ser el primer conjunto que encadena tres grandes campeonatos consecutivos.