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El club blanquiazul debe jugar con el interés del jugador y de su equipo de buscar una salida

Carlos Vela, un culebrón para ocupar el verano

La contratación de Castro quita importancia a la vuelta del mexicano, que supondría anular las opciones de rentabilizar a Ifrán y Llorente. Ningún equipo ha presentado la oferta que esperaban su agente y el Arsenal.

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Joseba ITURRIA I

A falta de fichajes, el entorno de la Real está necesitado de avivar la llama del posible regreso de Carlos Vela, que interesa más al jugador y al Arsenal que al propio club blanquiazul, que no está dispuesto a hacer una gran inversión en una operación que implicaría dar por perdidos los cuatro millones destinados en verano de 2010 a los traspasos de Ifrán y Joseba Llorente.

El Consejo y la dirección deportiva de la Real trasmiten públicamente su deseo de fichar al jugador mexicano y aseguran que trabajan en ello, pero esta operación choca con el deseo manifestado por Jokin Aperribay y Loren de recuperar a los dos delanteros a los que Montanier ha comunicado que tendrán aún más difícil jugar la próxima campaña que ésta.

El técnico normando trasmitió al Consejo que su prioridad es el fichaje de Carlos Vela, el club le comunicó que haría lo posible para contratarlo sin salirse de unos parámetros económicos, pero procedió a la contratación de Gonzalo Castro ante la dificultad que entendían tenía el fichaje del mexicano por las pretensiones que trasmitieron su agente y el Arsenal en las gestiones realizadas.

Por mucho que se trasmita que son compatibles y que Castro puede jugar en los puestos de volante, su disposición defensiva no es grande y lo más normal es que el zurdo uruguayo juegue en las tres posiciones más adelantadas, en las que la Real tiene a siete jugadores, aunque Sarpong no cuenta para nadie. Si se añadiera a Vela, Ifrán y Llorente no van a contar para Montanier y el club tendría el problema de que cada año esos dos jugadores le suponen un millón de amortización y casi dos más de fichas que nadie va a estar dispuesto a asumir porque han sido sus mayores apuestas.

Un mercado parado

Ha pasado más de un mes desde que acabó la temporada y ningún club ha planteado a Vela y al Arsenal una oferta que se acerque a lo que esperaban. El mercado está absolutamente parado, ningún equipo de la Liga española que pueda estar interesado en Vela tiene dinero para pagar traspasos y tampoco presenta el mexicano una trayectoria que anime a hacer una fuerte apuesta por él.

En toda su carrera solo ha tenido media temporada a un gran nivel, con la Real, y es un jugador especial. Entiende el fútbol y la vida fundamentalmente para disfrutar y pasárselo bien, en lugar de marcarse retos a nivel deportivo. Además en su biografía está la sanción de seis meses que recibió de su Federación por una fiesta organizada en 2010, presuntamente con prostitutas y un travestido, y esas cosas no le ayudan.

Por todos esos motivos, no interesa a un grande y los demás no tienen dinero para ficharlo. Eso es lo que ha provocado las noticias de esta semana que dejan en evidencia el deseo del jugador y del Arsenal de buscarle una salida y de dejarse querer por la Real, el club que más interés ha mostrado en él y en el que el mexicano más ha disfrutado y mejor ha rendido.

En esa tesitura la Real debe tener paciencia porque su fichaje no tiene tanta importancia tras la contratación de Castro y ni de lejos puede ofrecer los 7,5 millones de euros en los que se ha publicado que el Arsenal lo ha tasado. Acaba contrato en 2013 y lo tendrá que vender por mucho menos. La Real no debería pagar más de dos millones por él, a cambio de compartir sus derechos y repartir los beneficios en una futura venta. Solo en una operación así tiene sentido dar por perdido el dinero invertido en Ifrán y Llorente.

Pagar más implica además asumir un riesgo importante en caso de un hipotético descenso. La Real no puede tener el próximo año a cuatro jugadores como Ifrán, Vela, Llorente y Castro que, entre fichas y amortización, supongan 6,5 millones anuales en Segunda. Por eso Vela solo interesa a la Real si entra en unos parámetros muy inferiores a los que los aficionados pueden pensar. De lo contrario, su caso solo será un culebrón para ocupar el verano.

Las renovaciones, más importantes

La Real es uno de los equipos que más ha invertido en el mercado de verano a pesar de que solo ha contratado a un jugador. Eso demuestra la crisis que vive el fútbol y la falta de dinero de los clubes a la hora de acudir al mercado. Eso es bueno para la Real para ser más competitiva con su filosofía. Si además de ser capaz de mantener a sus mejores jugadores, los demás clubes no pueden reforzarse y sus hombres importantes se van a clubes de otras Ligas, el nivel de la española será menor y las posibilidades de la Real de estar en la zona media alta aumentarán.

Esa nueva situación del fútbol da más importancia a la política de renovaciones que sigue el Consejo. Se ha difundido que la Real podría destinar al fichaje de Vela diez millones en cinco años, pero con ese dinero se puede asegurar la continuidad de todos los jugadores importantes hasta junio de 2017, fecha para la que ya han renovado Xabi Prieto, Mikel González y Zurutuza. La ventaja de la Real es que de los titulares Bravo, De la Bella, Iñigo Martínez, Elustondo, Griezmann, Illarramendi y Agirretxe, junto a Rubén Pardo, están atados hasta 2015. Es a este bloque de jugadores a los que hay que destinar el dinero y mejorar a los más prometedores sus contratos con la condición de alargarlos hasta 2017. Con dos millones al año se puede mejorar los contratos y atar a largo plazo a los mejores jugadores de la cantera.

Solo Markel, Demidov y Sarpong acaban contrato en 2013 y el primero es el único por el que ha mostrado un interés por renovarlo el Consejo, aunque dependerá de sus problemas físicos. Más prioridad tienen las renovaciones que en breve piensa iniciar la dirección deportiva de algunos jugadores que acaban contrato en 2014. Los primeros serán Estrada y Ansotegi. Carlos Martínez, Cadamuro y Ros también acaban contrato ese año y su futuro dependerá de su rendimiento en el futuro. J. I.

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