Dos días después de dejar frente a la sede de Educación de Nafarroa una «mierda gigante» -como símbolo de «toda la mierda que se nos está imponiendo en educación: recortes, prohibición del euskara, decretos, subida de tasas, imposiciones...»-, los activistas de Sortzen procedieron a la desinfección de la sede «para crear un sistema educativo propio» sin los tóxicos del pasado. El colectivo asegura que la política llevada a cabo por UPN «supone un riesgo para la ciudadanía y, como la radioactividad, está condenando a la sociedad a una muerte lenta». Sortzen continúa la batalla en favor de la educación pública, defendiendo «un modelo propio para Euskal Herria, que garantice que el idioma no muera» y para ello cree que hay que borrar toda la dinámica anterior y que representa el consejero José Iribas. La batalla por la Educación ha sido la lucha ciudadana que más ha destacado en lo que va de año en Nafarroa. Sortzen toma el relevo de los profesores y los alumnos y, tras convocar una gran manifestación junto con Herrikoa, ha escogido la vía de la acción directa para sacar adelante su modelo alternativo y propio de Euskal Herria.