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ELECCIONES PRESIDENCIALES EN EGIPTO

El júbilo supera a las dudas en Egipto tras el triunfo islamista

Una explosión de alegría sucede en la Plaza Tahrir a la comunicación de los resultados. Morsi sumó 13,2 millones de votos frente a 12,3 de Shafiq.

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Jose Angel ORIA

La Comisión Suprema Electoral Presidencial (CSEP) de Egipto anunció con varios días de retraso la victoria del candidato de la Hermandad Musulmana, Mohamed Mursi, en las elecciones presidenciales del país, celebrada los días 16 y 17 de junio. Mursi ha ganado tras obtener el 51,73% de los votos, mientras que su rival, Ahmed Shafiq, el ex primer ministro del derrocado régimen de Mubarak, obtuvo el 48, 27% de los sufragios.

Decenas de miles de egipcios reunidos en la emblemática plaza Tahrir expresaron su alegría por los resultados de los comicios. Las fuerzas de seguridad habían sido desplegadas en El Cairo, por temor a posibles disturbios tras el anuncio de los resultados electorales.

El pasado miércoles, la Comisión informó de su sospechosa decisión de postergar el anuncio de los resultados debido a que no había acabado el estudio de los recursos presentados por los candidatos. Eran unos pocos recursos y se tomaron tres días más para la faena.

Este retraso fue interpretado por los observadores como un intento de ganar tiempo para llevar a cabo la negociación entre los militares, que tratan de mantener el poder real, y los islamistas, que quieren conservar lo logrado con su clara victoria en las urnas, que está amenazado por los militares.

La formación islamista ha sido víctima de maniobras políticas que le han restado mucho poder estas últimas semanas. La Corte Suprema Constitucional aprobó el pasado 14 de junio la disolución del Parlamento, dominado por el brazo político de la Hermandad Musulmana, bajo el alegato de haberse conformado de manera ilegal.

Además, la Junta Militar suscribió unas enmiendas a la Constitución que, según muchos egipcios, socavan la Revolución, además de limitar los poderes del presidente. De acuerdo con algunas enmiendas, el nuevo presidente tendrá poco margen de maniobra, ya que reservan a los militares el derecho de voto para declarar la guerra o para los asuntos relacionados con las Fuerzas Armadas. Es por ello que desde hace una semana miles de egipcios se han manifestado en la plaza Tahrir para expresar su indignación ante esas decisiones, así como para repudiar a la Junta Militar gobernante.

Quizá como resultado de las negociaciones entre militares e islamistas, el presidente electo rindió en su página web «un homenaje particular a la Justicia en Egipto, a las Fuerzas Armadas y a la Policía por haber protegido el proceso democrático» en las presidenciales. Lo hizo en cuanto se dio a conocer el resultado. A última hora de la tarde se dirigió a «la Nación».

«¡Abajo el poder militar!»

Mursi consiguió 13,2 millones de votos frente a los 12,3 de su rival Ahmed Shafiq, último primer ministro de Mubarak, según el presidente de la Comisión Electoral, Faruk Soltan.

El primer presidente elegido desde que Mubarak se vio obligado a dimitir por una revuelta popular en febrero de 2011 tiene 60 años, es ingeniero y posee diploma de una Universidad estadounidense.

Su victoria llenó de alborozo la plaza Tahrir de El Cairo, donde miles de simpatizantes suyos gritaban «Alá akbar» (Dios es grande), lanzaban fuegos artificiales y coreaban «¡Abajo el poder militar!». «El antiguo régimen se fue. Es bueno para Egipto y para los egipcios», reaccionó Jaled Abdel Satar.

«Es una victoria para la revolución egipcia», comentó a France Presse el abogado Mohamed Abdel Ghafar. Su amigo Ahmed Shabrawi espera que esto permita el traspaso del poder a un presidente civil. El Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (CSFA) se ha comprometido a entregar el poder ejecutivo al nuevo presidente antes del final de junio. Su jefe, el mariscal Husein Tantaui, felicitó ayer oficialmente a Mursi.

Pese a contar con la legitimidad que le dan unas elecciones en las que los egipcios pudieron elegir libremente a su presidente, Mursi dispondrá de un margen de maniobra muy reducido frente al Consejo militar.

La tasa de participación en la segunda vuelta de las presidenciales, celebradas el 16 y 17 junio, fue del 51%, frente al 46% de la primera, llevada a cabo el 23 y 24 de mayo.

El anuncio de los resultados decepcionó a los partidarios de Shafiq. Algunos gritaban, otros lloraban o se llevaban las manos a la cabeza. «No veo muy bien cómo este hombre (Mursi) y su grupo pueden representar a Egipto», se preguntaba Magued.

«Es un arreglo entre el Ejército y los Hermanos Musulmanes», lamentó una simpatizante de Shafiq. En su opinión, «el Ejército teme que el país se suma en la violencia».

Varios líderes políticos y religiosos de Egipto felicitaron a Mursi por su victoria y le pidieron que trabaje para lograr la reconciliación nacional.

Entre los que ya se habían pronunciado anoche figuran el gran mufti, Ali Gomaa, máxima autoridad musulmana de Egipto, y el obispo Bajomios, que dirige de forma interina la Iglesia Copta. Gomaa instó al presidente electo a trabajar por «la reconciliación nacional» y le deseó suerte en «unir a todos los egipcios».

Celebración de Hamas desde Gaza

El movimiento islamista Hamas, en el poder en Gaza, considera que la victoria de Mursi es, además de «histórica», un «revés» para quienes intentan cooperar con el «enemigo» israelí. Pero el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu rindió homenaje al «proceso democrático» en Egipto y expresó su deseo «de seguir cooperando con el Gobierno egipcio sobre la base del tratado de paz» firmado en 1979. La Casa Blanca ha felicitado a Mursi por el «hito» que supone su victoria en las elecciones presidenciales egipcias y ha emplazado al futuro presidente islamista a formar gobierno con cuidado y respetando los derechos de todos los egipcios. GARA

JURAMENTO

El presidente Mursi quiere jurar su cargo ante el Parlamento al ser «la única entidad legítima elegida por el pueblo egipcio», pese a que el Constitucional ordenó su disolución.

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