eurocopa 2012 | Cuartos de final
Once metros que imparten justicia
Italia hizo muchos más méritos para pasar -ahora aguarda una bonita semifinal con Alemania- ante una racanísima Inglaterra.
INGLATERRA 0
ITALIA 0
Natxo MATXIN
Habría sido inmerecido que la Italia más creativa de los últimos tiempos hubiese caído ante la Inglaterra más rácana también de manera reciente. Los de Prandelli dispusieron de más y mejores ocasiones para llevarse la eliminatoria y los once metros impartieron la merecida justicia futbolística.
Los dos comienzos de ambas partes fueron electrizantes, con ocasiones para las dos escuadras, que se marcaron una dinámica que duró de principio a fin. Italia siguió fiel a su última idea futbolística de posesión de balón y dominio del rival; Inglaterra, a la italiana, bien pertrechado atrás y buscando a la contra ese provechoso hueco dejado por el contrario.
Con esas premisas, paradójicamente a lo que ocurrió más tarde, el marcador pudo estrenarse sin cumplir los cinco minutos. De Rossi se sacó un chutazo con la zurda que escupió el poste (m.2) y Johnson puso la réplica (m.4), pero demostró no ser delantero cuando dentro del área apenas pudo percutir la pelota y sacó con muchos reflejos Buffon.
No podía haber mejor inicio, el encuentro apuntaba a goles y espectáculo, pero su transcurso y, sobre todo, la falta de puntería de transalpinos y pross iba a deparar justo lo contrario. Inglaterra fue zafándose del dominio de la escuadra azzurra y vivió su mejor fase hasta mediada la primera parte. El río volvía a su cauce, con los de Prandelli en campo inglés, pero estos últimos muy cómodos esperando en sus cuarteles de invierno.
La metralla italiana fue haciendo muescas en el cinturón británico, pero sin tumbar a su portador. La dupla atacante transalpina ponía las balas, con un Balotelli lento en los últimos metros que llegó a tener hasta cuatro ocasiones de todos los tipos -mano a mano con Hart, empalme, cabezazo y disparo lejano- y un Cassano más combinativo que percutor. Un testarazo en plancha de Rooney y un lanzamiento buscando escuadra de Welbeck hacían recordar que Inglaterra estaba presente.
Nula puntería
La falta de puntería azzurra seguía marcando el envite. Una triple ocasión consecutiva en el 51 fue el mejor paradigma de lo que estaba ocurriendo sobre el césped. De Rossi, Balotelli y Montolivo fueron los artífices de la jugada y Hart a punto estuvo de protagonizar el papel del malo.
El técnico inglés, Roy Hogdson, buscó descaradamente con los cambios -Walcott y Carroll- acelerar su apuesta por el contragolpe y el juego directo. El gigantón del Liverpool le creó más problemas a la zaga italiana, pero especialmente comenzó a notarse un descenso en la velocidad de ambos conjuntos, como consecuencia del calor y el cansancio. Ello propició que los de Prandelli acudiesen al recurso, a veces demasiado recurrente, del disparo, pero el área contraria era un mar de piernas inglesas. Los penaltis, definitivamente, iban a inclinar la balanza.
El centrocampista de la Juventus dio todo un recital de lo que debe ser un conductor de juego. Distribuyó con criterio y facilidad, y guardó el balón cuando quiso. Culminó con su penalti a lo Panenka.
Fue la otra cara de la moneda. El delantero del Manchester United tuvo una buena ocasión, pero no se atribuyó el papel protagonista que debería un futbolista de sus características. En la última fase del choque estuvo ausente.
Después de caer en la tanda de penaltis de los cuartos de hace cuatro años frente a España, la escuadra transalpina volvió a reconciliarse con esa lotería de los penaltis que casi siempre le toca.
Tener a Buffon bajo palos es casi siempre garantía de que se puede salir airoso de ese trance, pero los de Prandelli llegaron a estar contra las cuerdas cuando Montolivo falló el segundo de la tanda italiana.
Sin embargo, Young primero mandando el cuero al larguero y posteriormente el guardameta de la Juventus deteniendo el lanzamiento de Cole devolvieron a la azzurra su romance con los once metros. N.M.