El ministro español de Economía, Luis de Guindos, remitió ayer al presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Junker, la carta en la que solicita en nombre del Gobierno «asistencia financiera» para las entidades con necesidades de capital, tal y como le pidieron los socios de la eurozona el pasado jueves en Luxemburgo. Tras ello, y según avanzó ayer mismo el portavoz económico del Ejecutivo comunitario, Amadeu Altafaj, un equipo de la Comisión Europea viajara «muy pronto» a Madrid para iniciar su propia evaluación de la banca y la elaboración del memorando de entendimiento que incluirá las exigencias al sector y las condiciones del rescate que recibirá el Gobierno español.

El vicepresidente de la Comisión Europea, Olli Rehn, fue más explícito al señalar que el Ejecutivo europeo vigilará los progresos en materia de ajustes y reformas del Estado español «en paralelo» al rescate bancario que ha solicitado el Gobierno de Rajoy. Añadió que en un primer momento las condiciones de esta asistencia financiera se centrarán en las entidades beneficiarias y en el conjunto del sistema, «incluyendo sus requisitos de supervisión y regulación».

No obstante, añadió que las condiciones se extenderán posteriormente a las políticas económicas del Gobierno. «Espero que España mantenga la misma determinación e impulso en las reformas que pueden generar crecimiento sostenible y más y mejores puestos de trabajo, así como en cumplir sus compromisos en el marco del procedimiento por déficit excesivo», dijo Olli Rehn en un comunicado tras recibir la petición oficial de rescate. «Los progresos en estas áreas serán revisados de cerca y de forma regular en paralelo a la asistencia financiera», subrayó el vicepresidente.

A este aspecto se refería también el vicepresidente y comisario de la Competencia de la Comisión Europea, Joaquín Almunia, quien indicó que a partir de este momento el Estado español va a ser más vigilado que otros países de la UE que no han pedido financiación. Además, a juicio de Almunia, la vigilancia «se extiende más allá de lo fiscal y presupuestario a políticas de gasto», lo que significa mirar a grandes partidas como Educación, Sanidad, gasto en desempleo e inversión pública.

A los ajustes se refirió precisamente el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, quien avanzó que «pronto, a lo largo de este año», se aprobarán nuevas medidas económicas que tendrán como objetivo, «por difíciles que sean», crecer y crear empleo, aunque no dio más detalles.

Rajoy lanzó este mensaje en la clausura de la Asamblea general de la patronal CEOE, ante la que ratificó que continuará con su política de austeridad y de reformas estructurales «para ganar flexibilidad y competitividad».

Según apuntó, las turbulencias no alejan al Gobierno de la ruta: «Las turbulencias forman parte inevitable de la salida de la crisis, ahora toca superarlas, estamos en el camino para hacerlo, nada nos va a apartar de él y vamos a continuar con esa decisión hasta el final», manifestó Rajoy.

Plazo lo más largo posible

El Gobierno español buscará en las negociaciones con sus socios europeos que el rescate bancario tenga un plazo de devolución lo más largo posible y un tipo de interés bajo, según aseguró ayer el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo.

«Lo importante para nosotros es plazos de devolución y tipos de interés. Si se consigue un plazo de devolución largo y un tipo de interés bajo, la operación será mucho más favorable», explicó a su llegada a una reunión de los titulares de Exteriores de la Unión Europea (UE).

El ministro señaló que la prioridad para el Gobierno español está en la negociación de los términos del contrato y, en concreto, en los plazos de devolución y los tipos de interés.

«Lo que se discute ahora son los plazos de vencimiento, de devolución, y los tipos de interés a pagar, como cualquier familia que pide un préstamo en un banco», indicó.

Preguntado por las aspiraciones españolas, García-Margallo aseguró que un plazo de 30 años parece «utópico en estos momentos».

El pasado viernes, el ministro español de Economía, Luis de Guindos, dijo esperar que el préstamo se mueva en parámetros similares a los de otros países y que, por tanto, tenga un plazo largo de incluso más de 15 años, un periodo de gracia de entre 5 y 10 años y un tipo de interés entre el 3% y el 4%.

Por otra parte, García-Margallo aseguró que la posibilidad de que la ayuda se haga de forma directa a la banca, sin pasar por el Estado, «sigue abierta».

«Esa cuestión se trató en Roma entre los cuatro líderes europeos y no se ha llegado todavía a una solución», señaló, en referencia a la mini-cumbre del pasado viernes entre los líderes español, francés, italiano y alemán.

Kutxabank, solvente

En medio del debate sobre las necesidades de capital de la banca española, el presidente de Kutxabank, Mario Fernández, aseguraba ayer que la entidad vasca no necesita capital adicional en el escenario más adverso de las pruebas de resistencia elaboradas por Oliver Wyman y Roland Berger.

«El capital de máxima calidad supera el mínimo exigido» en el escenario macroeconómico más pesimista dibujado por los evaluadores, que contempla una caída del PIB del 6,5% en tres años, dijo Fernández en un curso en la Universidad Internacional Menéndez y Pelayo (UIMP).

Según pronosticó, las ayudas del rescate bancario tendrán consideración de ayudas de Estado y llevarán aparejadas restricciones, entre las que figurará la imposibilidad de comprar para crecer y de ofrecer productos a tipos de interés fuera de mercado.

A falta de conocer los resultados del segundo examen de esfuerzo sobre la banca española que culminará el próximo mes de setiembre, el presidente de Kutxabank consideró «lógico» que se hayan suspendido las subastas de las nacionalizadas Banco de Valencia y Catalunyacaixa, por la que la entidad vasca presentó una oferta no vinculante.

«Era imposible que el Gobierno mantuviera las subastas y sería una irresponsabilidad asumir el compromiso a falta de conocer la conclusión del proceso» de las cuatro auditorías por parte de Deloitte, KPMG, PwC y Ernst & Young y de la segunda prueba de esfuerzo a cargo de una de las dos consultoras independientes, consideró.

No obstante, Fernández recalcó que la entidad que preside aún tiene «camino por hacer» en cuanto a la adquisición de entidades y se declaró «encantado» con la compra de Cajasur y la fusión de las tres cajas vascas.

Sobre los dos reales decretos para afrontar el deterioro de los activos inmobiliarios en manos del sector financiero aprobados por el Gobierno en los meses de febrero y mayo, Fernández enfatizó que las provisiones están «hiperdimensionadas». Las dos normas han elevado a un total de 84.000 millones las provisiones para cubrir eventuales deterioros de la cartera de préstamos vinculada al ladrillo.

«Estos reales decretos pintan con brocha gorda y no es lo mismo un suelo en el desierto de Almería que uno en la mitad de la ciudad de Santander aunque hoy no tenga salida», argumentó el presidente de Kutxabank.