En julio, según las previsiones forales, comenzarán los primeros trabajos para la construcción del túnel de Autzagane y la variante de Bermeo después de que la Diputación vizcaina haya adjudicado ambos proyectos por un importe de 113 millones de euros. La primera de estas infraestructuras viarias se acometerá sin que aún la institución foral haya buscado una solución para dar continuidad al nuevo vial desde la salida del túnel de Urdinbide a Muxika.

En plena crisis económica, cuando los recortes en muchas partidas están a la orden del día, el equipo de José Luis Bilbao sigue empeñado en la construcción del eje radial Zornotza-Muxika, a pesar de que buena parte del proyecto se fuera al traste al posicionarse en su contra el Patronato de Urdaibai por las graves afecciones al medio ambiente de parte de su trazado en el río Oka.

Cuando todavía no se conoce la alternativa consensuada, la Diputación da un paso adelante adjudicando los trabajos a una unión temporal de empresas por 63 millones de euros y un plazo de ejecución de 30 meses. La carretera se inicia en el enlace de la AP-8 con la N-634 y se apoya en el vial existente hasta Katea, mejorando el trazado; después se construirán dos glorietas y el túnel de Urdinbide, de 670 metros, en dos galerías, con dos carriles cada una. A partir de ahí, no hay un trazado aprobado.

En el otro extremo de Urdaibai comenzarán, con un plazo de ejecución de 33 meses, las obras de la variante de Bermeo, que costarán inicialmente 50 millones de euros. El nuevo vial se sitúa al sur del núcleo urbano de Bermeo y une la BI-631 y la BI-2235.

Empezará junto al polígono de Landabaso y a partir de ahí, a través de falsos túneles, desmontes, túneles y viaductos. También en este caso falta por concretar la totalidad del proyecto, que llegaba hasta Mungia.