«La estructura de la economía de la era del apartheid se ha mantenido prácticamente intacta», denunció el presidente sudafricano, Jacob Zuma, al inaugurar una importante reunión política del Congreso Nacional Africano (CNA). «La propiedad de la economía sigue estando principalmente en manos de hombres blancos, como siempre ha sido», remarcó.

Por ello, consideró necesario fortalecer las políticas destinadas a darles más poder y control económico a los negros marginados en Sudáfrica.

Ante miles de delegados asistentes al evento, Zuma advirtió de que los desafíos de la pobreza, el desempleo y la desigualdad plantean riesgos a largo plazo para el país más rico de Africa, 18 años después del final del apartheid.

El ANC ha elaborado una serie de documentos políticos que instan a las empresas mineras a pagar más al Estado para ayudar a financiar el gasto social. También plantea confiar en las empresas estatales como los motores de la creación de empleo y crecimiento. «Ha llegado el momento de hacer algo más drástico para alcanzar la transformación económica y la libertad», insistió. En su opinión, el debate sobre la manera en que la riqueza minera del país debe ser compartida debe ir más allá de la mera cuestión de «nacionalizar o no nacionalizar».

El partido realizó una investigación a principios de este año que concluye que la nacionalización de las minas podría ocasionar la bancarrota del Estado, pero sugirió aumentar los impuestos sobre las ganancias mineras extraordinarias. Dijo que la conferencia del CNA debe analizar cómo el Estado puede obtener una «parte equitativa» de la riqueza minera, que podría ser usada para beneficiar a las comunidades pobres.