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Philippe Gilbert tampoco logró la primera victoria con el BMC en su casa

Hoy se cumple un año desde que Gilbert ganó la primera etapa del Tour y se vistió de amarillo. Era su 13ª victoria en una temporada en la que acabó sumando 17 y en agosto firmó con BMC, con el que no ha logrado ninguna, ni tan siquiera en el final de Seraing diseñado para él.

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Joseba ITURRIA

El Tour ha arrancado en territorio valón, en Lieja, y la primera etapa en línea se diseñó con un final ideal para que su ciclista más representativo, Philippe Gilbert, consiguiera la victoria en la cota de Seraing, a 30 kilómetros de su casa de Remouchamps, a pie de La Redoute, el emblema de la Lieja.

Gilbert no solo quería ganar ayer, también soñaba con repetir lo conseguido en 2011 al imponerse en una llegada similar y vestirse de amarillo. Pero este año nada es igual. Entonces no habría tenido problemas para responder a la aceleración de Cancellara, pero ayer no pudo seguir al suizo y a Sagan y solo pudo ser cuarto. Tras cruzar la línea de Seraing declaró que «a 23 kilómetros de meta alguien me tocó la rueda y pensé que me iba a caer. Conseguí mantenerme en pie, pero perdí un montón de posiciones en el pelotón. Tuve que apretar y tomar algunos riesgos en la última bajada para volver a situarme con los mejores en los dos últimos kilómetros, pero eso me ha afectado. Es una lástima, porque por fin ganó un sprint masivo, pero no fue por la victoria».

Admitía que vestir de amarillo en estos días era un objetivo, pero «el prólogo no estaba realmente hecho para mí. Podía recuperar tiempo en Seraing, pero tampoco es una subida tan dura para dejar a Cancellara». Por eso estaba apenado, porque no fue incluido por el FDJ en el Tour 2004 cuando salió de Lieja -«yo era muy joven en aquel momento»- y esta segunda oportunidad «era algo especial. Estoy en casa, en mi zona, y la motivación para iniciar el Tour está muy presente. Lo que viví en el prólogo ha sido uno de los mejores momentos de mi carrera».

Pero ni esa motivación le ha servido para acercarse al nivel con el que arrasó el año pasado. La suya fue la mejor temporada completada jamás por un clasicómano al lograr entre sus diecisiete victorias la Amstel, Flecha Valona, Lieja, Clásica de Donostia, Quebec, Flecha Brabançone, Montepaschi Eroica y Valonia. Además ganó una etapa y la general en el Tour de Bélgica y en el ZLM Toer, los dos campeonatos belgas y etapas en Algarve, Tirreno-Adriático, Eneco Tour y la que le valió el amarillo en el Tour.

Este año sus mejores puestos han sido en Flecha Valona (3º), Amstel (6º), Tour de Bélgica (7º), Flecha Brabançone (12º) y Lieja (16º), carreras en las que defendía el triunfo. «No he estado nunca súper este año, pero continúo creyendo y voy mejorando y el Tour me debe permitir llegar en una gran forma a los Juegos Olímpicos».

Su caso es similar al de Hushovd, el otro gran fichaje del BMC para este año y que tampoco ha logrado ninguna victoria. Ni tan siquiera ha podido entrar en el equipo del Tour tras unos problemas de salud que le llevaron al abandono en el inicio del Giro.

Un cambio con beneficios solo económicos

Para Gilbert el cambio de equipo solo le ha beneficiado en lo económico. Se ha publicado que BMC le paga cerca de dos millones de euros por cada uno de los tres años que ha firmado. Esa es la principal razón por la que se negó a correr en el Omega Pharma Quick Step, a pesar de que tenía contrato hasta 2012. La firma farmacéutica anunció al manager del equipo, Patrick Lefevere, que llegaba a su equipo con Gilbert, pero el representante del corredor alegó que ese contrato quedaba invalidado al ser una sociedad distinta. Tampoco el corredor accedió a seguir en su país a pesar de que Lefevere le señaló que se le podía reclamar una indemnización de 1,5 millones si rescindía el año firmado.

Gilbert declaró después que este aspecto fue el detonante que le llevó a elegir al BMC: «Lo sentí como una amenaza. Si te vas, tienes que pagar. Me han tratado como una basura y esa noche tomé mi decisión, que se vio motivada, sin duda, por mi ira».

Lefevere señaló, por su parte, que «hablé con el agente de Gilbert, de las condiciones, y, de repente, Philippe dijo que no quería venir y puso razones estúpidas, como nuestra postura con la UCI con el tema de los auriculares. No me sorprende su decisión porque conocía los rumores que le situaban en BMC, pero cuando Omega se unió a nosotros me trasmitieron que Gilbert también formaría parte del equipo. Tenía un contrato, pero al parecer, no lo ha respetado».

Su marcha al extranjero provocó duras críticas entre la prensa y la afición de su país, que querían verlo en el Lotto o el Omega Quick Step. Pero Gilbert quería firmar el contrato de su vida, BMC era el único que le ofrecía tres años y con unas cantidades que nadie igualaba y eso es al final lo único que ha aumentado, su cuenta bancaria. Porque su palmarés de victorias sigue igual.

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