Mikel INSAUSTI

No hay manera de entender a los distribuidores, que mandan directamente al mercado del DVD películas interesantes con buenos repartos, mientras estrenan en las pantallas de cine subproductos que, por no interesar, no interesan ni al público adolescente al que van destinados. «Dylan Dog: Los muertos de la noche» tampoco es lo que se entiende por una película de serie «B», ya que ha costado entre 20 y 30 millones de dólares, una cantidad considerable que no luce por ningún lado. Los efectos especiales resultan bastante de saldo, al igual que las estrellas contratadas, con Brandon Routh y Sam Huntington venidos a menos, seis años después de su fracasado emparejamiento en «Superman Returns».

No es ninguna casualidad que «Dylan Dog: Los muertos de la noche» recuerde a Constantine», otra cinta fallida de mediados de la pasada década, y que marcó el inicio del ocaso de Keanu Reeves. El bajón de Brandon Routh es todavía más exagerado si cabe y este tardío proyecto no le va a ayudar a recuperar el tiempo perdido, más bien al contrario. Es como si el guión que protagoniza, escrito por los temibles Thomas Dean Donnelly y Joshua Oppenheimer, se habría quedado, en efecto, desfasado. De hecho, la idea de adaptar el cómic de Tiziano Sclavi se había pospuesto en su día, siendo realizada finalmente al calor de las modas del momento. La mirada está puesta ahora en series televisivas como «True Blood» o «Buzzy Cazavampiros», o incluso en franquicias del estilo de «Underworld» o «Crepúsculo».

Las aportaciones de última hora despersolanizan completamente la película, difícil de aceptar como una adaptación de la historieta gráfica italiana de la que toma prestado el nombre del personaje. El detective de casos paranormales ya no pertenece a Scotland Yard, ni trabaja en Londres, viéndose deslocalizado a Nueva Orleans. No tiene mucho sentido que quiera retirarse en semejante lugar, donde precisamente existe toda una tradición espiritista, que no tardará en ponerle en contacto de nuevo con el más allá. El ambiente de novela negra fantástica se supedita a la voz en off, que va presentando a las mafias de ultratumba.