Christian Prudhomme, director del Tour, anima a ser audaz en esta edición pese a que, paradójicamente, la organización ha dado mucha relevancia a las contrarrelojs. En su sexto año al frente, Prudhomme repasa ocho temas clave de esta edición:

Recorrido. «Lo cierto es que lo tenía en la cabeza desde hace tiempo, y quedé convencido en Morzine-Avoriaz en 2010, con el ataque de Andy Schleck. Entonces me dije que debíamos encontrar alguna forma para que los ataques se produjeran desde más lejos, en condiciones de optar a todo, asumiendo riesgos, algo que a la gente le encanta. Tratamos de decir a los corredores que hagan caso de su instinto, que disfruten de la carrera, y que hagan menos cálculos. Los organizadores tenemos el deber de propiciar lo inesperado».

Contrarreloj. «Tenemos la media de kilómetros que se hacían hasta 2007. No es excesivo, aunque es considerablemente más importante que en las últimas ediciones. No se convertiría en determinante si Wiggins fuera el de la pasada temporada».

Favoritos. «Evans, porque es el actual ganador y su constancia al más alto nivel es impresionante. Ha ganado en confianza y conoce perfectamente la prueba. Y Wiggins, porque es el dominador de casi todas las carreras por etapas de este año. Se encuentra arropado por un equipo (Sky) muy poderoso, totalmente volcado a que Wiggins pueda entrar en la historia como el primer británico en ganar el Tour».

Descensos. «Tras ver lo que ha sucedido en la Dauphiné, es el terreno que peor se le da a Wiggins, y en el que dos corredores que son excelentes en los descensos, como Evans y Nibali, pueden tener intereses comunes. Hay una voluntad inscrita en el recorrido de aumentar la gama de etapas-trampa. El Tour debe poder decidirse en cualquier terreno, y se ha aumentado el número de etapas potencialmente decisivas. Esta edición está ideada para que haya ataques lejanos, con rampas de lanzamiento muy exigentes a 30 o 40 kilómetros de meta».

Sky. «Dave Brailsford me había presentado el proyecto un año antes de la creación del equipo (en 2010), asegurándome que quería ganar el Tour en un plazo de cuatro años. Había realizado un estudio muy preciso y detallado de todo lo que necesitaba, con toda la gente avanzando en la misma dirección, y en cuanto se estableció cuál era se empezó a ver la fuerza del colectivo».

Pasaporte biológico. «Es una gran ventaja para orientar los controles, y un gran cambio de los últimos años a esta parte, a pesar de que todavía nos vemos sacudidos de vez en cuando por algún caso. Pero es el rumbo que había que tomar, y ahora mismo hay una gran diferencia entre la imagen del ciclismo y la realidad, que es mucho más esperanzadora para este mundo».

Cavendish. «En mi opinión, ya se ha convertido en el mejor sprinter de la historia del Tour. En la salida del Tour de Omán, en febrero, le pregunté si conocía a Darrigade. Me respondió: `Yo he ganado 20 etapas, Darrigade y Armstrong 22, Leducq 25, Hinault 28, Merckx 34...' Se sabía los récords de victorias de etapas del Tour, pese a que viene de un país donde no hay un conocimiento muy amplio del ciclismo en ruta».

Contador. «Las ausencias son siempre lamentables, pero una vez que la carrera se pone en marcha solo se piensa en quienes participan». Reconoce la importancia de Contador en 2011, con sus continuos ataques: «Es un corredor de gran temperamento que sabe manejarse perfectamente sobre el terreno, y que sabe seguir su instinto. Recuerdo su ataque en el Col de Manse... El Tour había pasado 20 veces por allí y nunca había pasado nada, y él le dio fuego».