Una delegación de la British Council ha venido estos días a Donostia a conocer de primera mano los avances realizados estos seis meses en el proyecto de Donostia 2016 llamado Techno-Emotional Spaces (TES), ganador del concurso europeo Future City Jobs. En esta competición, impulsada por la British Council, se eligen las iniciativas que mejor se adaptan al fin de generar nuevas oportunidades de empleo para jóvenes mediante las industrias creativas y la cultura.

Nigel Bellingham, en representación de la British Council, explicó que hay muchos documentos que destacan la importancia de la cultura y las industrias creativas en el rendimiento económico de la Unión Europea, como el Libro verde. Habló también de un informe encargado por la UE que concluye que las industrias creativas generan más empleo que incluso las empresas del automóvil.

En el concurso Future City Jobs, ponen esos datos sobre la mesa y reconocen el papel social tan importante que tiene la cultura. «Hemos sido únicos. Nadie está estableciendo esas conexiones entre industrias creativas y empleo juvenil», remarcó Bellingham.

Añadió que están generando una red que viene de otro proyecto anterior. Han invitado a distintos colectivos y más allá del «corazón» que forman seis ciudades -Donostia, Glasgow, Praga, Tallinn, Wroclaw y Södertälje-, hay un círculo más amplio. A través de facebook, twitter y su página web -http://creativecities.britishcouncil.org/future-city-jobs/-, quieren difundir ideas y aprendizajes del proyecto.

Reactivar el Urumea

Mikel Lasa, participante en TES, recordó el origen del proyecto: «Pensábamos que Donostia era una ciudad que miraba excesivamente al mar y a la Concha y que olvidaba el interior. Tenía carácter de archipiélago y una conexión con los barrios muy mejorable. También había un déficit de espacios y entornos abiertos para desarrollar industrias de creatividad». Partiendo de ese diagnóstico, propusieron aprovechar el río Urumea, que toca muchos barrios y que hoy es «como la cara B» de la ciudad. Decidieron reactivarla a través de iniciativas sociales y culturales que, a la vez, den cabida a otras iniciativas.

La experiencia piloto de TES se llama The Loaf in a Box y ya está en marcha en la zona de gravilla del Paseo de Francia, enfrente de la Estación del Norte. La empresa guipuzcoana de comunicación transmedia La Salsera y la Oficina 2016 han ubicado aquí una serie de contenedores que constituirán un nuevo punto de encuentro. Se concentrará una gran actividad durante todo el verano: se podrá compar pan, comer in situ, o asistir a los numerosos cursos y talleres de elaboración de pan dirigidos a gente con y sin experiencia en el ámbito de la panadería y la pastelería. En la web theloaf.es se puede encontrar información sobre estos cursos.

Traerán a la ciudad uno de los panaderos artesanos más importantes y prestigiosos de Europa, Dan Lepard. También enseñará sus conocimientos Iban Yarza, uno de los grandes animadores del panorama del pan artesano.

Bellingham destacó que los conceptos como los que impulsa The Loaf in a box son «impresionantes» y aseguró que si se logra compartir esas ides e implementarlas en Europa, tendrán «un éxito enorme». Eva Salaberria, coordinadora-gerente de la Oficina 2016, declaró que esta visita del British Council les está sirviendo para testar el modelo, contrastar con otras ciudades europeas y ver cómo le dan continuidad en el futuro.