Crecientes recelos en Hong Kong ante el imparable empuje de la China continental
GARA | HONG KONG
Decenas de miles de personas (400.000 según los convocantes y 63.000 según el recuento policial) denunciaron el domingo en las calles de Hong Kong el control del Gobierno chino sobre ese territorio poco después de que el nuevo primer ministro hongkonés, Leung Chun Ying, jurase su cargo.
La protesta, que se realiza cada año el primer día de julio convocada por el Frente de los Derechos Humanos Civiles, coincidió esta vez con la ceremonia en la que el presidente chino, Hu Jintao, celebró junto a Leung el decimoquinto aniversario del traspaso de la soberanía de Hong Kong a China. Hasta el 1 de julio de 1997, era una colonia británica.
Leung fue elegido en un colegio electoral formado por 1.200 personalidades influyentes hongkonesas con la aprobación de Pekín. Los manifestantes rechazan ese nombramiento, así como la falta de sufragio universal, el aumento del precio de la vivienda, la contaminación y las crecientes diferencias entre ricos y pobres en el enclave.
Algunos manifestantes ondearon la bandera de Hong Kong de la época colonial. Otros portaban pancartas denunciando como masacre lo ocurrido en la Plaza de Tiannanmen en 1989 o exigiendo explicaciones sobre la muerte en prisión del disidente Li Wangyang en junio.
Un detalle que encendió los ánimos fue que el acto en el que Leung juró su cargo se desarrollara en mandarín, en vez de en cantonés, la lengua que se habla en la región especial.
Quince años después de la entrega de la colonia china, Hong Kong hace frente a cada vez más amplias brechas sociales, algunas de ellas con sus vecinos de la parte continental. Hong Kong culpa a sus vecinos de ser los causantes de la subida frenética del precio de la vivienda, fenómeno que coincide en el tiempo con la línea ascendente que sigue la economía china.
A ello se suman datos del propio gobierno local que reflejan que la diferencia salarial en Hong Kong ha alcanzado su máximo el pasado año desde 1971, y que la brecha entre ricos y pobres es mayor que en Estados Unidos o Inglaterra.
La penetración de China en el quehacer diario de Hong Kong es cada vez más patente, el número de visitantes venidos de la parte continental ha pasado de los 12 millones en 2004 a los más de 28 millones en 2011.
La cada vez mayor afluencia de chinos es percibida también como una amenaza al tejido socio económico de Hong Kong. La sanidad pública está desbordada por la llegada masiva de mujeres chinas para dar a luz en el enclave. 0tro tanto ocurre con el sistema educativo de la isla, donde muchos chinos quieren matricular a sus hijos.
Aunque en 1997 primaba entre la población el rechazo a la metrópolis británica y la gente se sentía y se siente china, muchos tienen la sensación de que ha habido un simple cambio del poder de Londres a Pekín. Y su percepción de superioridad respecto a la parte continental por su situación económica y sus instituciones se está viendo trastocada por la realidad.