El Athletic 2.0 de Marcelo Bielsa comenzó ayer su andadura sobre el único césped de Lezama en condiciones, aunque al argentino solo se le viera en el exterior visionando las obras del complejo rojiblanco, durante unos veinte minutos y acompañado de José Mari Amorrortu. Las malas lenguas aseguran que no le gustó el ritmo de los trabajos, pero lo único cierto es que se molestó cuando un par de fotógrafos trataron de retratarle firmando a un chaval -«¡Que no mordemos!», le dijo uno ellos, a lo que el técnico rosarino contestó con un «cosas peores hacen ustedes»- y no detuvo su coche un segundo a la salida mientras sus jugadores se detenían uno a uno para repartir autógrafos. Así que a falta de Bielsa a pie de verde, la primera sesión de la pretemporada la dirigió su mano derecha Luis Bonini, ayudado por el preparador físico Xabi Clemente.

Fue Iker Muniain el último en arribar a Lezama, apenas veinte minutos antes de las diez de la mañana, hora del primer entrenamiento y hora a la que saltaron al césped habitual hasta 27 futbolistas, ausentes los `eurocampeones' Fernando Llorente y Javi Martínez -de vacaciones-, lo mismo que Kepa Arrizabalaga y Jonás Ramalho -con la sub´19 española en Estonia-, además de Iñigo Díaz de Cerio -que luego confirmó su pase al Mirandes- y Mikel Balenziaga -que sigue una temporada más como cedido en el Valladolid-.

Estaban entre ellos el excapitán Pablo Orbaiz -que saludó con un abrazo al jardinero-, un Galder Cerrajería con un envidiable color de piel y que vuelve de su cesión al Murcia, y Ustaritz. También los recientes fichajes Aritz Aduriz, siempre con su buen amigo Gurpegi, y un Ismael López que ha encontrado en Iker Muniain a un buen aliado en el vestuario. Repitió en el grupo el joven eibartarra Iñigo Ruiz de Galarreta y la cara refrescante de este estreno de pretemporada fue la presencia del juvenil erandiotarra de 17 años Markel Etxebarria Mendiola, que la pasada campaña jugó en el Juvenil de División de Honor. Un lateral derecho de gran proyección que esta campaña podría saltar al Basconia.

Durante más de hora y media, la plantilla -excepto Amorebieta, que se volvió de inmediato al interior de las instalaciones- se ejercitó en dos grupos, intercambiando la carrera con ejercicios físicos, ante un número de aficionados mucho menor de lo esperado, quizá por la coincidencia con colonias veraniegas y campus de deporte.

Lo cierto es que la poca chavalería que se acercó a Lezama se hartó de coleccionar autógrafos y de fotografiarse con sus ídolos, ya que todos los futbolistas se detuvieron durante buen rato a la salida del aparcamiento para atender amablemente a pequeños y mayores. Solo el novel Markel Etxeberria, al que esperaban sus padres, salió a pie y pasó desapercibido. Casi lo consiguió también Ruiz de Galarreta, tras los cristales tintados del coche de Muniain y junto a un Isma López que estampó sus primeras firmas como rojiblanco, pero el de Eibar fue reclamado por un chaval y se bajó para firmar y posar como uno más.

Por la tarde hubo nueva sesisión preparatoria y hoy están citados a las 9.00. Mañana y tarde, el 2 de agosto está cerca.