El PSN asegura que no hay vuelta atrás. Durante las dos legislaturas de Miguel Sanz ha sido este partido quien ha sostenido a UPN en el poder. El PSN llamó a esta postura «oposición leal» y ahora dice que se ha acabado, que en adelante practicará una «oposición útil y rigurosa». Asimismo, tampoco contempla «por el momento» una moción de censura que expulse a Yolanda Barcina del poder.

Juan José Lizarbe, la figura en auge del PSN tras la salida de Roberto Jiménez del Gobierno, fue quien fijó la posición del partido. Lo hizo arropado por la senadora María Chivite, que también es concejal de Eguesibar, donde a pesar de denunciarse un presunto caso de corrupción en los tribunales el PSN sigue apostando por mantener en la Alcaldía a UPN.

Ambos dirigentes elaboraron un discurso cara a Madrid, tratando de erigirse como una barrera ante los recortes del PP, cargando contra el copago de medicinas, etcétera. El resto fueron intentos de culpabilizar a Barcina del fracaso del Gobierno de coalición, que ha durado menos de un año. «Ya quisieran para sí otras comunidades haber tenido un gobierno con las dos principales fuerzas políticas. A nosotros nos han echado, la que ha liado todo ha sido ella», aseguró Lizarbe. Chivite, por su parte, apostó por recurrir los recortes ante el Constitucional.

Mientras tanto, Eusko Alkartasuna aseguró que Barcina está abocada a adelantar las elecciones, ya que no tiene mayoría y su presidencia es ya «cosa del pasado». Pese a ello, Maiorga Ramírez parece no acoger con los brazos abiertos al PSN ahora que se ha caído del Gobierno. A su juicio, al PSN le toca ahora quedarse «en el rincón de pensar». Ramírez considera que Jiménez y los suyos deben reformular seriamente su ideario si quieren conformar un gobierno navarro de izquierdas algún día.