Ayer la prensa hispana seguía con su delirio rojigualdo, pero algunas ya daban señales de volver a la «normalidad».

Edurne Uriarte, en «La Razón», se lamentaba de los datos del Centro de Estudio de Opinión sobre la tendencia de los catalanes en relación con la independencia, afirmando que «Podemos ponerle peros y matices», pero que «ese 51,1 por ciento de catalanes que votaría a favor de la independencia «es impactante». «Los peros y los matices», proseguía, «son los que provienen de otras muchas preguntas y encuestas reveladoras de situaciones diferentes cuando los encuestados pueden elegir algo más que el Sí o el No. Ante una oferta más amplia que incluya variaciones sobre el actual Estado de las Autonomías, la gran mayoría de los catalanes opta por la autonomía y tan sólo una cuarta parte a lo sumo se declara independentista (un 23 por ciento, por ejemplo, en la encuesta postelectoral del CIS de enero de 2011)». Ya, pero según la última encuesta, solo un 21,3 por ciento se opondría a la independencia. No obstante, Uriarte reconoce que «el independentismo tiene muy buena imagen» o «que ha pasado de ser una apuesta radical y minoritaria a una posición respetada que ha penetrado amplios espacios sociales y políticos. O que está cosechando un importante éxito mientras fracasa el españolismo». La explicación es que Pep Guardiola, «uno de los personajes más ensalzados y admirados de Cataluña y de toda España, es independentista», y no hay «otro Guardiola catalán encantado de ser español, de pertenecer a España y, además, de proclamarlo públicamente». Y concluye: «El españolismo es secreto, poco presentable, estigmatizador». Y la culpa es de los separatistas, ¿no?

Y «Alerta digital», el periódico «sin matices ni medias tintas», ofrecía una de sus muchas lecciones de buen periodismo con este titular: «La basura separatista catalana está que trina: Quiere `prohibir' las celebraciones callejeras por el triunfo de España en la Eurocopa». Y lo mejor es que ellos mismos explican eso que les parece tan mal, informando de que Solidaritat «pedirá al conseller de Interior, Felip Puig, que `acabe con la impunidad con la cual se muestra y se exhibe simbología nazi, fascista y franquista en las celebraciones de `la roja', mientras que desde el mismo departamento se prohíben actos independentistas'». Lo tienen cada vez más claro. El facherío... y las y los independentistas.