Los inversores aprovecharon la sesión para pasar por caja tras cinco subidas consecutivas, aunque no hubo una presión fuerte. De otro lado, no se contaba con la referencia de Wall Street, donde las puertas permanecían cerradas al celebrarse la fiesta del 4 de julio. Tampoco había motivos para abandonar las posiciones anteriores, dado que las noticias de la jornada no aportaban sorpresa alguna. Entre estas últimas, se supo de la intención del Gobierno Rajoy de recortar otros 30.000 millones de euros al gasto público, mientras que la prima de riesgo, en la línea con los últimos días, se acercaba a los 500 puntos básicos. La rentabilidad del bono también se estiraba al alza hasta el 6,4%. Sin embargo, sí causó cierto revuelo el anuncio de la admisión a trámite de una denuncia contra Rodrigo Rato y una treintena de consejeros del grupo Bankia por falsedad de cuentas, administración desleal, maquinación para alterar el precio de las cosas y apropiación indebida. Aún así, puede hablarse de sosiego y tiempo de espera ante la decisión que hoy tomará el BCE sobre los tipos de interés. El Ibex cedió un 0,71%, hasta los 7.168,50 puntos. Las caídas de Londres (-0,06%), París (-0,11%) y Fráncfort (-0,20%) fueron inferiores. En el Ibex, todos los grandes, a excepción de Repsol (+1,06%), acabaron en rojo, pero con bajadas inferiores al 1%. El mejor del selectivo fue Sacyr (+4,15%), frente a Acerinox (-2,05%), el más penalizado de la sesión. En París, las mayores ganancias correspondieron a Peugeot y EADS, que subieron mas de un 2%. Los títulos de Bouygues (-1,59%) encabezaron a los perdedores.