Madrid sitúa como éxito el arresto de un refugiado
La Policía francesa, en colaboración con la Guardia Civil, detuvo ayer al refugiado vasco Juan Mari Mujika Dorronsoro en la localidad bearnesa de Oloroe-Donamaria. Mujika hacía vida normal y ha dado incluso ruedas de prensa, pero Madrid intentó de nuevo presentarlo de otro modo.
Mikel PASTOR | OLOROE-DONAMARIA
Efectivos de la Policía francesa, ayudados por la Guardia Civil, detenían ayer, a primera hora de la tarde, a Jose Mari Mujika Dorronsoro, conocido refugiado vasco, en la localidad francesa de Oloroe-Donamaria.
Mujika se refugió en Ipar Euskal Herria en el año 2008, y desde entonces realizaba una vida normal y pública, llegando incluso a realizar ruedas de prensa, sin ser detenido.
En una de esas comparecencias públicas, el refugiado vasco denunció que el 11 de diciembre de 2008 fue secuestrado por tres personas que, haciéndose pasar por policías franceses, le obligaron a subirse a un coche, transportándolo a una cabaña en la zona montañosa. Allí, los tres hombres, entre amenazas y golpes, le ofrecieron colaborar con la Policía, emplazando a Mujika a reunirse con ellos otro día, una cita a la que el refugiado vasco nunca acudió.
«Chivatazo» de Interior
La detención estuvo rodeada desde primera hora de la mañana de ayer de cierto misterio, rozando en ocasiones el surrealismo. Todo comenzó con unas declaraciones del ministro de Interior, Jorge Fernández Díez, en las que anunciaba «buenas noticias» durante el día de ayer en «materia antiterrorista».
Lo hizo en una entrevista concedida a ABC Punto Radio, en la que dejó caer que «puede ser imprudente, pero confío en que hoy pueda haber una buena noticia». Los periodistas cuestionaron al ministro si esta noticia podría estar relacionada con ETA, a lo que Fernández-Díez respondió con un elocuente «por ejemplo».
Las reacciones a estas atrevidas declaraciones del titular de Interior no se hicieron esperar. Al mediodía, el Sindicato Unificado de Policía (SUP) emitía un comunicado en el que criticaba las palabras de Díez, «anunciando una detención horas antes de que se produjera».
El sindicato policial llegó a calificar de «chivatazo» las palabras del ministro y dijo que habían logrado «que dicha opera- ción no haya podido ser llevada a cabo, y que el prófugo de la justicia siga sin ser localizado». Horas después se comunicaba el arresto de Mujika y se le intentaba presentar como miembro de ETA con graves acusaciones pendientes como preparar un intento de atentado contra José María Aznar, pese a lo cual no había sido detenido antes.
La izquierda abertzale acusó a los gobiernos francés y español de actuar «como si el nuevo ciclo político abierto en Euskal Herria no existiera» y apeló a la responsabilidad política.
En Amezketa, 30 personas se movilizaron ayer contra la detención de Jose Mari Mujika.