Al menos once personas murieron ayer en varios atentados en Irak, que las autoridades vincularon de nuevo con Al Qaeda. Ocho de las víctimas, entre ellas un niño, fallecieron por la explosión de un coche bomba en un mercado de Zubaidiyah, una ciudad de mayoría chií situada en el centro del país, en la que se produjeron además 46 heridos.

Por otro lado, en Bagdad, tres personas, dos policías y un empleado del Parlamento, murieron por disparos de un grupo de hombres que utilizaron armas con silenciador.

Estos atentados se producen al día siguiente de una ola de ataques que dejaron medio centenar de víctimas mortales, sobre todo entre la comunidad chií, y que ayer aún no habían sido reivindicados.