Hallan la partícula que explicaría el origen de la materia en el Universo
La Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN) anunció ayer, con prudencia, el histórico descubrimiento de una nueva partícula «compatible» con el esperado bosón de Higgs, la partícula elemental a la que se atribuye un papel fundamental en el mecanismo por el que se origina la materia en el Universo y que facilitaría una mejor comprensión de la teoría del Big Bang, que trata de explicar el origen del Universo y su desarrollo posterior.
GARA | GINEBRA
El Centro Europeo de Física de Partículas (CERN) inauguró ayer una nueva era para la exploración científica al anunciar el descubrimiento de una partícula «compatible» con el buscado bosón de Higgs, clave para explicar la formación y estructura del Universo, pero que en caso de no serlo sería otra que abriría retos aún más importantes para la física. En cualquier caso, el anuncio, que en ningún caso noca cambiaría la vida, fue realizado con mucha prudencia y habrá que esperar al menos hasta final de año para poder confirmar que se trata de la partícula que los científicos llevan décadas buscando.
El hallazgo -corresponda o no a la teoría de Higgs, formulada en 1964 pero que no ha podido ser probada- supone un enorme avance «en nuestra comprensión de la naturaleza», señaló Heuer, que calificó de «histórico» un hallazgo que, agregó, «es probable que arroje luz sobre otros misterios del Universo».
Los físicos consideran al bosón de Higgs como la clave para entender la estructura fundamental de la materia, la partícula que atribuye la masa a todas las demás y que, en esta lógica, habría permitido la formación del Universo y de todo lo que existe, según la teoría llamada del «modelo estándar». Es decir, explicaría por qué tiene masa todo lo que nos rodea, ya que sin ella no habría materia y todo serían partículas viajando por el Universo.
«Champán en la nevera»
«Nunca pensé que asistiría a algo así en vida y voy a pedir a mi familia que ponga el champán en la nevera», dijo Peter Higgs, el científico escocés de 83 años que en 1964, junto a sus sus colegas Robert Brout (fallecido en 2011) y François Englert, postuló por deducción la existencia del bosón que lleva su nombre y cuyo posible descubrimiento fue anunciado ayer. La emoción fue palpable y Englert, sentado junto a Higgs ayer en Meyrin, cerca de Ginebra, no pudo retener las lágrimas.
Lo cierto es que, según Efe, con el nivel de certidumbre alcanzado ayer, la posibilidad de que la nueva partícula sea el bosón de Higgs es una entre tres millones.
Los portavoces de los experimentos CMS y ATLAS, que destacaron la importancia de que los dos experimentos hayan obtenido de forma totalmente autónoma el uno del otro resultados «totalmente compatibles», también se expresaron con cautela al afirmar que es «muy pronto» para decir que se trata del esperado bosón y que seguirán buscando.
En similares términos se expresó, en declaraciones a GARA, Ignacio Zuzuarregi, director general en Eureka! Zientzia Museoa, que valoró el hallazgo aunque insistió en que «no hay certeza total, porque hay que esperar a un cúmulo de experiencias que da esas seguridad, porque, de momento, solo es casi seguro». Pero asegura que en caso de confirmarse «sería una maravilla, porque explicaría el origen de la materia, de la vida que conocemos».
Zuzuarregi recordó lo ocurrido con el anuncio, en setiembre de 2011, de que los neutrinos eran más veloces que el haz de luz, lo que echaría por tierra la Teoría de la Relatividad de Albert Einstein y con ello casi un siglo de física, y una prueba posterior, el pasado marzo, demostró que viajan a la misma velocidad de la luz.
Sin embargo, escudriñar hasta lo más profundo esta partícula podría llevar años porque, en este proceso, «podría descubrirse algo totalmente diferente» y poner en cuestión lo que hoy se considera una evidencia.
Los datos en los que se basan ambos experimentos se obtienen del Gran Acelerador de Hadrones (LHC) del CERN, situado en la frontera franco-suiza. En este túnel de 27 kilómetros de circunferencia, a 100 metros bajo tierra, los físicos provocan el choque de miles de millones de protones con la esperanza de encontrar, con la ayuda de todo tipo de detectores, el rastro del bosón entre los restos (cascadas de partículas).
Para intentar llegar más lejos, el CERN decidió prolongar por tres meses el funcionamiento del LHC, que debía ser apagado en otoño. Seguirá funcionando hasta finales de año, antes de que entre en un largo periodo de mantenimiento que durará aproxima- damente dos años para reajustar sus parámetros.
El astrofísico británico Stephen Hawking considera que Peter Higgs debería ganar el Premio Nobel de Física tras el anuncio del CERN. Hawking afirmó que los resultados anunciados ayer sobre la existencia de una nueva partícula «indican de manera contundente que hemos descubierto el bosón de Higgs».