100 kilómetros de contrarreloj... ¡es mucho!
Jean MONTOIS (AFP)
El Tour 2012 se inclina hacia las etapas contra el reloj, con poco más de 100 kilómetros en total, que benefician sensiblemente a los especialistas. «Esta era la media de kms. contra el crono que se realizaba hasta 2007, por no hablar de épocas anteriores, en las que se disputaban 120 y hasta 140 kilómetros», se explicaba Christian Prudhomme.
El director de la carrera justificaba esta decisión argumentando que había querido aumentar esta edición la faceta de las cronos para incitar a los escaladores a pasar al ataque, a arrancar desde lejos, a multiplicar sus movimientos ofensivos.
Sin embargo, desde 2007 las diferencias se han estrechado, sobre todo en la montaña, y el desarrollo del ciclismo ha cambiado. Por lo tanto, ¿la cuota de las contrarreloj puede ser «desmesurada» -aunque Prudhomme rechace este término-, o solo un poco excesiva?
«No, esto reequilibra las opciones», responde Philippe Mauduit, director del equipo Saxo Bank. «Los escaladores se han visto favorecidos en los últimos años -continúa-, y es bueno tener estas contrarrelojs este año, que prometen un mayor espectáculo en la montaña. Hay gente que tendrá que descubrirse un poco antes».
Mauduit añade que «esto no se puede hacer todos los años», y le parece mucho más «recomendable que el escenario vaya cambiando cada año». ¿Hasta el punto de imaginar un Tour sin contrarreloj? «¿Por qué no?», afirma convencido «pero repito que no puede ser así todos los años. La crono es una prueba importante en el ciclismo».
Como Indurain
«Hace falta oportunidades para todo el mundo», opina Yvon Ledanois (Movistar). «Cuando se meten 100 kms. de contrarreloj, se necesitan etapas para los escaladores con llegadas en alto, porque hacen falta para poder recuperar el tiempo perdido y, por lo que he podido comprobar, en el caso del recorrido de este año parece que se ha hecho un Tour mucho más apropiado para Wiggins o Evans. Sobre el papel, es un poco más favorable a los rodadores. Sobre el terreno, ya se verá...», concluye.
Las previsiones de Alain Gallopin (RadioShack) son que «Wiggins está en camino de ganar un Tour a la manera de Miguel Indurain, es decir, conseguir una diferencia en las contrarreloj y gestionar la ventaja en las etapas de montaña. 100 kilómetros... es mucho. Si Wiggins arrasara en la primera crono (en la etapa de hoy), solo tuviera que controlar el resto de la carrera, y todavía le quedara un margen para la última, tanto mejor para él», se resigna.
Así que volvemos a la pregunta: 100 km, ¿es demasiado? «Yo no me atrevería a criticar al Tour, que es interesante sea cual sea el recorrido. Quizá fuera más abierto si hubiera menos cronos, pero seguro que el director deportivo de Wiggins no será de la misma opinión», añade.
«La contrarreloj es inaccesible para quienes no son buenos en esta modalidad», asegura Jean-René Bernaudeau (Europcar), añadiendo de inmediato una advertencia: «Si la carrera transcurre normalmente...». Fiel a su concepción del ciclismo, JR Bernaudeau aboga por un retorno a lo inesperado, lo imprevisto. «La etapa no se debería decidir la víspera. Es necesario demostrar coraje, atreverse, tomar la iniciativa, arriesgarse. Si cada director deportivo dice a sus corredores que `no se puede ganar'... Yo respeto a Wiggins y Evans, pero no estamos aquí para complacerles. ¡Así que tenemos que plantar cara!».
La distancia total contrarreloj individual en este Tour (prólogo y dos etapas) es la mayor desde 2007, con 101,4 kilómetros.
En el período de Jean-Marie Leblanc al frente de la carrera, que transcurrió en la década de 1990 y principios de los 2000, las cronos (prólogo y dos etapas en la mayoría de los casos) superaban habitualmente la cifra de los 100 kilómetros cada edición.
Por ejemplo, Miguel Indurain, uno de los mejores especialistas de la historia, se había beneficiado de... 137 kilómetros contrarreloj en 1992. Ese año, el navarro pulverizó a sus oponentes en la contrarreloj de Luxemburgo, de 65 kilómetros.