Desolación e ira en Rusia tras las lluvias mortales del fin de semana
Pérdida de bienes y casas y calles inundadas entristecían las ciudades de Krymsk y Gelendzhik tras el fatal temporal, que aún ayer persistía. El enfado de los ciudadanos que acusan a las autoridades de no avisar con tiempo y mentir hicieron que el presidente, Vladimir Putin, ordenara abrir una investigación para depurar responsabilidades. Además, Putin declaró la joranada de hoy día de luto por las muertes del fin de semana, que superan las 170.
GARA | MOSCÚ
Montones de colchones, árboles y torres de alta tensión arrancados de cuajo y casa inundadas adornan el paisaje de Krymsk, al suroeste de Rusia, donde sus habitantes intentaban ayer organizarse después de las inundaciones mortales del sábado. Desolados y enfadados intentaban arreglar sus viviendas y las pocas pertenencias que sobrevivieron al temporal.
«Nuestra casa se derrumbó, dejando solo los muros de ladrillo que quitamos nosotros mismos sin ayuda de ningún tipo» dijo Morgunova Irina.
Como mucha gente de la zona, Morgounova aseguraba que el desastre no fue causado por las lluvias torrenciales, sino que por la liberación de agua del embalse artificial de Neberjdaevskoe, en Krymsk.
«Siempre ha habido lluvias, pero nunca hasta este punto. Una ola de siete metros se lo llevó todo. No fue la lluvia, se abrieron las compuertas del embalse, pero nunca lo admitirán», dijo. El presidente ruso, Vladimir Putin, declaró en un principio que el embalse no emitió agua, pero tras una inspección de la presa, el Comité de Instrucción (CI) ruso constató que ésta sí vertió agua de forma puntual durante las lluvias, aunque precisó que no fue la causa de las graves inundaciones.
Aun así, muchos rusos se preguntan si se hizo todo lo posible para evitar tantas muertes. Putin ordenó a las autoridades «cooperar con los investigadores» para aclarar las circunstancias que desembocaron en la muerte de tantas personas. Además, Putin prometió indemnizar a los propietarios de las casas destruidas por las inundaciones una compensación, incluyendo dos millones de rublos (50.000 euros) para cada familia de las víctimas.
El presidente también declaró la jornada de hoy día de luto nacional por los 171 muertos del fin de semana, en el que también fallecieron catorce peregrinos de la ciudad rusa de Pskov al volcar un autobús en que recorrían los lugares santos de la vecina Ucrania.
La tragedia se desató en tres municipios de la comarca de Kubán, pero la inmensa mayoría de las víctimas mortales han sido localizadas en el municipio de Krymsk, donde el número de fallecidos asciende a 159, según reveló el Ministerio de Situaciones de Emergencias de Krasnodar. Además las Fuerzas Armadas han registrado decenas de heridos de diversa consideración.
Los últimos cálculos del Ministerio estiman que «alrededor de 3.300 personas han perdido todas sus pertenencias y más de 18.000 parte de sus bienes».
Ayer continuaban las fuertes lluvias en Krymsk y Emergencias declaró el estado de alerta ante un pronóstico de tiempo desolador -fuertes lluvias y granizado- para los tres municipios afectados.
La cifra de muertos aumentó a 171 y son ya centenares los heridos por las lluvias que asolaron los municipios de la comarca de Kubán durante el fin de semana. Miles de personas lo perdieron todo en unas pocas horas de lluvia incesante.
La policía alemana informó ayer de que aumentó a cuatro la cifra de muertos este fin de semana en el país a causa de las fuertes tormentas eléctricas de los últimos días, de las que dos fueron alcanzadas directamente por sendos rayos.
Las Fuerzas Armadas informaron sobre el último fallecido, un hombre de 64 que fue alcanzado por una descarga eléctrica cuando se cobijaba del fuerte aguacero en un garaje con techo metálico en la localidad sajona de Neusalza-Spremberg (este de Alemania).
Su fallecimiento se suma a los otros tres registrados en la noche entre el viernes y el sábado en la mitad este del país debido a la virulencia
Además, la Fuerzas Armadas han registrado decenas de heridos de diversa consideración a causa de las recientes inclemencias meteorológicas.
Asimismo, las fuertes lluvias han elevado considerablemente el nivel de algunos ríos del este de Alemania, como el del Spree que cruza Berlín, que hizo que algunas localidades de la orilla decretasen distintos estados de alarma. También sufrieron inundaciones de varias calles junto a la orilla y decenas de casas tuvieron que ser temporalmente evacuadas.
La semana pasada murieron cuatro mujeres a causa de un rayo en la localidad de Korbach (oeste). GARA