Rusia aseguró ayer estar dispuesta a celebrar en Moscú una nueva reunión del Grupo de Acción sobre Siria y propuso la inclusión de Arabia Saudí, sostén de la oposición, e Irán, principal aliado de Bashar al-Assad, según manifestó el viceministro de Relaciones Exteriores, Mijail Bogdanov, quien afirmó que los encuentros con representantes de la oposición siria -el lunes con Michel Kilo y hoy con Abdel Basset Sayda, líder del Consejo Nacional Sirio (CNS)- se centran en la aplicación del plan del mediador de la ONU y la Liga Árabe para Siria, Kofi Annan, para una transición política en el país.

Bogdanov dijo que Rusia pretende convencerles «mediante el diálogo» para que adopten «posiciones realistas y constructivas que pondrían fin al derramamiento de sangre».

El CNS reiteró que no habrá diálogo con Al-Assad y que no aceptará la inmunidad a cambio de su renuncia a la Presidencia, «ya que tiene las manos manchadas de sangre». Su portavoz, Basma al-Qadmani, pidió a Rusia que colabore para convencer a Al-Assad de que dimita y «nos ayude a pasar la página del viejo régimen y pasar a otro nuevo, democrático».

Hasta ahora, Moscú no reconocía al CNS, pero hoy el ministro de Exteriores, Serguei Lavrov, se reunirá con Sayda.

Por otra parte, mientras cuatro buques de la Flota rusa del Mar del Norte zarpaban ayer de la base de Severomorsk, en el mar de Barents, rumbo al Mediterráneo para visitar la base rusa en el puerto sirio de Tartus, responsables de la exportación de armamento aseguraron que Rusia no firmará nuevos contratos de venta de armas con Siria mientras no se estabilice la situación en el país árabe.

Visita a Teherán y Bagdad

Kofi Annan, por su parte, continuó ayer su gira por la región para analizar el impacto de la crisis siria en la región y recabar apoyos a su plan de paz. Irán e Irak le mostraron su respaldo y dijeron compartir su opinión de que la prioridad en Siria es que las partes enfrentadas comiencen un diálogo para poner fin a la violencia y buscar una salida a la crisis.

El ministro iraní de Exteriores, Ali Akbar Salehi, advirtió a Annan de que una decisión errónea sobre el conflicto en Siria puede causar «una catástrofe» en la región, por lo que solicitó prudencia al tiempo que resaltó que «Irán es parte de la solución». El mediador también dijo que «existe el riesgo de que crisis siria quede fuera de control y se extienda en la región, y agregó que Irán «puede jugar un papel positivo», por lo que seguirá trabajando con Teherán.