Cameron y Hollande apuestan en Londres por la cooperación pese a sus discrepancias
GARA | LONDRES
El primer ministro británico, David Cameron, recibió ayer en Londres al presidente francés, François Hollande, en su primera visita oficial a Gran Bretaña, mientras esperaba una votación crucial y finalmente pospuesta en el Parlamento sobre la reforma de la Cámara de los Lores, en la que la previsible derrota iba a suponer un duro golpe para el Gobierno de coalición.
Hollande y Cameron abogaron por el «interés común» de sus países, pese a admitir serias discrepancias sobre la UE y la regulación bancaria.
Hollande, al que se dio la bienvenida con honores en Londres por la Guardia Real y posteriormente fue recibido por Isabel II, mantuvo un almuerzo de trabajo en Downing Street con Cameron en plena crisis europea y constantes tensiones con Londres por sus reticencias hacia el euro.
Durante la rueda de prensa conjunta, ambos líderes reconocieron sus diferencias ideológicas y su distinta visión acerca de la Unión Europea (UE), pero insistieron en que trabajarán en construir una «fuerte relación» y en «demostrar su fortaleza en el mundo» en asuntos como Siria e Irán.
La de ayer fue la primera reunión que mantuvieron ambos dirigentes. Su relación se había visto teñida por la negativa de Cameron a recibir al líder socialista galo en una visita a la capital británica durante la campaña electoral francesa en la que el premier apoyó a su rival, el derechista Nicolas Sarkozy, y por sus declaraciones durante la reunión del G20 en México, cuando dijo que pondría una «alfombra roja» a las empresas francesas que se marchen al Gran Bretaña, huyendo de los altos impuestos para las rentas altas decididos por Hollande.
La visita se produjo pocas horas antes de que se votara la reforma de la Cámara de los Lores, que fue finalmente pospuesta tras retirarse la moción que proponía una reducción del número de lores de 775 a 450 y que el 805 sea elegido en las urnas por un periodo de 15 años.