Al equipo de Carlos Totorika parece que no le ha sentado nada bien, o así lo interpretan desde el grupo municipal de Bildu en el Consistorio ermuarra, que los tres ediles soberanistas no sumaran sus votos a los siete representantes del PSE, cuatro del PP y dos del PNV para la aprobación del proyecto de presupuestos para 2012. Una secuela de ello, en su opinión, es la postura adoptada por el PSE ante la nueva normativa de instalación de txosnas, que califican de «restrictiva» después de las semanas de conversaciones que mantuvieron.

Para el corporativo Iker Saenz de Zaitegi, detrás de la ordenanza que regula la colocación de txosnas en fiestas hay una manifiesta voluntad del equipo de gobierno PSE-PP de «regular hasta el extremo» este espacio. Desde principios de año, Bildu y PSE veían reuniéndose para tratar de hablar sobre la instalación de txosnas en la vía pública, después de que hasta ahora tan solo hayan existido lonjas en Ermua.

Semana tras semana, según relata Saenz de Zaitegi, las conversaciones entre las partes fueron dando resultados, estableciéndose una ubicación para las txosnas -se emplazarán finalmente en el parque de Santa Ana-, se adoptaron acuerdos relacionados con las reivindicaciones políticas o presencia de las fotografías de los represaliados ermuarras. Una era la principal preocupación de los interlocutores, que la normativa entrara en vigor para las próximas fiestas, para ello se buscaron los mecanismos legales que lo permitieran.

Todo discurría con relativa calma hasta que, explican desde Bildu, el interlocutor del PSE, el teniente alcalde Félix Prol, dejó caer la siguiente frase -rememoran-: «Oye, si os damos las txosnas, nos tendréis que dar algo, por lo menos los presupuestos no nos los votaréis en contra». Poco después, los ediles soberanistas les anunciaron que votarían en contra de la cuentas y llegó la frase del Prol, rememoran: «¡Esto es la guerra!».

Posteriormente llegó el pleno, en el que toda la Corporación votó a favor de la ordenanza a excepción de Bildu, que se posicionó con los grupos de jóvenes que la consideran «restrictiva». Uno de los puntos de fricción es que se pida a los colectivos una fianza de 1.000 euros, además de la restricción de decibelios y el horario de 12.00 a 03.00.

Desde la coalición estiman que, en la práctica, se ponen trabas a la colocación de txosnas, ya que se permite su instalación pero luego se ponen muchos obstáculos. Tampoco entienden la actitud agresiva de los responsables municipales hacia las decenas de jóvenes que acudieron a la sesión plenaria, celebrada el pasado 28 de junio, para manifestar su oposición a la normativa de txosnas.

Bildu, precisan, ha tratado de mediar entre los colectivos del pueblo, entre ellos los jóvenes, y el Consistorio, ya que no comprenden cómo el equipo de gobierno del PSE-PP está tan alejado de la realidad de Ermua.