TOUR 2012 Etapa 14
Gorka Izagirre no pudo encontrar peores compañeros de escapada
El de Ormaiztegi volvió a dar presencia a Euskaltel en la fuga buena, pero Luis León Sánchez, Sagan, Casar y Gilbert aguantaron con él en el Mur de Péguère y solo pudo obtener la quinta plaza. El murciano atacó a falta de once kilómetros y venció en Foix en solitario.
Joseba ITURRIA | FOIX
Luis León Sánchez (Rabobank) logró ayer en Foix su cuarta victoria en el Tour al sorprender con un ataque a once kilómetros de la meta a sus cuatro compañeros de escapada, entre ellos Gorka Izagirre (Euskaltel), y ganar la etapa en solitario.
El triunfo del murciano, como el de Millar en Annonay, premia el espíritu de rebelarse ante las adversidades de los equipos que más desgracias han tenido en este Tour, que lo han intentado sin parar hasta lograr su etapa. Cabe esperar que Euskaltel tenga también su recompensa porque más no se puede pedir a sus cinco supervivientes, que todos los días entran en las fugas.
Tampoco a los cuatro de Rabobank. Dos de ellos entraron en la escapada buena. Kruijswijk respondió junto a Paulinho (Saxo) al ataque de Sagan (Liquigas) tras una primera hora de carrera en la que se recorrieron 46 kilómetros por la gran pelea para coger la fuga. En el contraataque lanzado por Casar (FDJ), Luis León Sánchez respondió junto a Gorka Izagirre, Gilbert (BMC), Gauthier (Europcar), Velits (Quick) y Minard (Ag2r).
La formación de esta escapada llevó la tranquilidad al grupo y permitió un reagrupamiento después de que los ataques iniciales hubieran reducido a medio centenar de corredores el primer grupo y que Klöden, Frank Schleck y Coppel se quedaran cortados en la subida del Portel y llegaran a perder 1.45.
Los nueve escapados cobraron una ventaja importante que les permitió subir con tranquilidad el primer puerto de Primera de Lers. En el segundo de Péquère Luis León Sánchez intentó descolgar a Sagan y Gilbert, pero el valón aguantó su rueda siempre y el eslovaco, aunque se quedó al principio rezagado, reaccionó y fue capaz de coronar junto a Gorka Izagirre y a pocos segundos de Sandy Casar.
Ganadores de etapa en el Tour
En el descenso se juntaron los cinco y el de Ormaiztegi no podía tener peores compañeros de escapada para buscar la victoria. Todos eran corredores con una buena punta de velocidad, de mucha clase y ganadores. Todos sabían qué es ganar en el Tour y manejarse en ese tipo de fugas.
Luis León Sánchez fue el que mejor jugó sus cartas al lanzar un ataque a 11 kilómetros de meta que no encontró respuesta porque sus cuatro perseguidores no tuvieron entendimiento o las fuerzas necesarias para impedir que llegara en solitario. Se limitaron a disputar la segunda plaza, que volvió a ser para Sagan, que dejó aún más sentenciado el maillot verde, por delante de Casar, Gilbert y Gorka Izagirre. Aunque esprintó bien con esos cuatro compañeros, difícilmente podía obtener un puesto que no fuera el quinto.
Pero lo importante es que el de Ormaiztegi demostró que está bien y si insiste encontrará una escapada con rivales más asequibles. Él y Egoi Martínez, que ayer estuvo entre los quince mejores en la subida de Péquère, son los más fuertes del equipo y serán las bazas para las etapas de Pirineos. No será fácil, pero seguro que Euskaltel lo intentará y al final la insistencia y la respuesta ante las adversidades debe tener recompensa, como con Luis León Sánchez.
El murciano estuvo a punto de abandonar tras lesionarse la muñeca en la primera semana, pero desde la segunda no ha parado de intentarlo y tiene tanta clase y calidad que al final logró una victoria que salva el Tour del Rabobank, lo mismo que hizo el año pasado en Saint Flour. Le costó medio año adaptarse a su nuevo equipo porque no hablaba una palabra de inglés, pero desde entonces ha sido el que mejores resultados ha logrado, con dos victorias en el Tour, una en París-Niza y Castilla-León, y dos en el Tour de Romandía.
La primera etapa pirenaica solo tuvo interés en la fuga porque, una vez que se formó, la apatía del pelotón fue absoluta. Eisel y Cavendish marcaron el ritmo en los dos puertos de Primera y, cuando el Lotto y Evans quisieron aprovechar la dureza de los últimos kilómetros del Mur de Péguère, un imbécil no tuvo peor idea que arrojar clavos similares a chinchetas en su cima entre el paso de los escapados y el del gran pelotón.
Evans fue el primero en pinchar y fue triste su imagen parado en la cima dos minutos esperando a que un compañero le cediera una rueda que estaba ya pinchada. Hasta una tercera vez tuvo que parar por los pinchazos. Una treintena de corredores pincharon, dos de las motos de televisión, coches de la organización... Por suerte solo se cayó Kiserlovski, pero se cargó lo que quedaba de etapa. Egoi Martínez, que subió con los mejores, podía adelantar dos plazas en la general porque Coppel y Monfort estaban descolgados, pero Wiggins y el Sky pararon la carrera y sesenta corredores llegaron en el primer grupo.
Solo Rolland atacó en la bajada por dos veces. En la primera el Sky fue a por él y le dijeron que parara, pero volvió a intentarlo. Llegó a tener dos minutos de ventaja, lo que llevó a Liquigas y Lotto a tirar, pero luego recibió la comunicación del coche y paró. Al ser alcanzado recibió la reprimenda del pelotón y tras la etapa se mostró «desolado. Respeto a los demás ciclistas y los códigos del pelotón, pero no sabía lo que había sucedido. En cuanto me he enterado he parado».
Pero la indignación de todos fue mayor con el autor del sabotaje. El director del Tour, Christian Prudhomme, declaró enfadado que «en un descenso podía haber tenido unas consecuencias dramáticas. Es estúpido», aunque no pudo confirmar si la caída que obligó a abandonar a Kiserlovski (Astana) se debió a un pinchazo. Joseba ITURRIA