El británico Chris Froome, segundo clasificado en la general del Tour, califica de «gran sacrificio» el respeto que mantiene a la disciplina de equipo en beneficio del maillot amarillo, su compatriota Bradley Wiggins.

«Una victoria en el Tour podría cambiar mi vida», declaraba Froome en una larga entrevista publicada ayer por el diario deportivo "L'Equipe". «Por eso creo que estoy haciendo un gran sacrificio, muy grande». Froome, que se encuentra a 2.05 minutos de Wiggins, se impuso en la séptima etapa en La Planche des Belles Filles mostrando una condición física superior a su líder en la montaña.

Al preguntarle sobre cuál sería su comportamiento si se produjera un desfallecimiento de Wiggins en los puertos de los Pirineos, Froome respondía que «si creyera que podemos perder el Tour, seguiría a los mejores, sea Evans o Nibali, para preservar nuestras posibilidades y garantizar la presencia del Sky».

El corredor inglés de 27 años afirmaba que «probablemente» era superior a Wiggins en la montaña. «Pero -subrayaba-, en este Tour hay más de 100 kilómetros contrarreloj, así que decidimos internamente en el equipo que yo acompañaría a Wiggins en el ascenso de los puertos, marcándole un ritmo regular, para que él abriera diferencia en las cronos, y así es como pensamos ganar el Tour».

«Todo el mundo se pregunta por lo que podría hacer -reconocía en otro momento-. Soy consciente, y sé que sería capaz de ganar el Tour, pero no en este Sky. Hemos definido una estrategia en torno a Wiggins y todo el mundo la respeta», añadía.

El británico se proyecta en perspectiva sobre el Tour 2013: «Todo dependerá del recorrido. Si hay puertos de montaña, espero que Sky sea honesto y que todos los corredores del equipo accedan a apoyarme, con la misma lealtad que yo estoy demostrando este año. Pero eso no me preocupa ahora. Wiggins es una persona íntegra, y me devolverá el favor. Sé que él me ayudará».

Antes de esta edición del Tour, el mejor resultado de Froome había sido su segunda plaza en la general de la última edición de la Vuelta en 2011, la carrera en que se reveló como una posible figura, y además por delante de Wiggins, que fue tercero.

El inglés, nacido en Kenia, recordaba que la bicicleta era su principal medio de transporte, «vivía sobre mi bicicleta», pero no se lo tomó en serio hasta que, cuando era adolescente, le enviaron a una escuela de Sudáfrica. «Me di cuenta de que el ciclismo era un verdadero deporte, empecé a correr y me abrí paso en el terreno amateur. Tras destacar en la VTT, se pasó a la ruta, mostrando especial predilección por las cuestas. Incluso representó a Kenia en los Mundiales juveniles de 2006 y 2007.

Froome revelaba también en su entrevista que sufre una enfermedad contraída en África, la esquistosomiasis, «una especie de parásito que se te mete bajo la piel y se come los glóbulos rojos. El problema -explicaba- es que el parásito está vivo, y es una enfermedad que nunca se cura. A veces me resulta difícil recuperarme y (...) yo achaco mi fatiga a mi dieta alimentaria o a la falta de sueño. Solo tengo que vigilarme -señala-, hacerme análisis cada tres meses. La última vez fue a finales de mayo».