Pierrick Fédrigo logró ayer en Pau su cuarta victoria de etapa en el Tour y la segunda del FDJ en esta edición tras imponerse al sprint a Cristian Vandevelde, el corredor con el que se distanció a seis kilómetros de meta de los cuatro compañeros que formaron la escapada buena.

Fédrigo demostró que no ha perdido el olfato y la clase que mostraba en el Bouygues Telecom, con el que ganó tres etapas en el Tour, un campeonato francés, el Criterium Internacional, el Gran Premio Plouay... Eso le llevó a ser fichado por el FDJ la pasada temporada, pero cayó víctima de la enfermedad de Lyme causada por un virus de la garrapata, que le tuvo medio año de baja, pero no acabó con su instinto ganador.

Esta temporada ya ganó en el col d'Ospedale en el Criterium Internacional y ayer se impuso en la primera escapada buena que ha cogido en el Tour. Fédrigo confirmó que hay corredores dotados de un instinto y una clase especial. Hay corredores ganadores y otros que no lo son y las etapas en el Tour están solo al alcance de esa especie.

Los únicos que han ganado este año su primera etapa en el Tour son Wiggins, Froome, Sagan y Pinot, cada cual mejor corredor. Los demás son los habituales en este tipo de etapas en las que saben que van a llegar las escapadas y no es que sea difícil ganar, también entrar en ellas. Ayer fueron necesarios 62 kilómetros para que se formara la fuga buena de la jornada disputados a 45 kilómetros hora.

Fédrigo sabía que era el día y ya lo intentó en un grupo en el que estaban Burghardt (BMC), Gorka Izagirre (Euskaltel), Vanendert (Lotto), Nicki Sorensen (Saxo), Dani Martin (Garmin) y Vinokourov (Astana). Basta con repasar los nombres para ver la dificultad de estar en un corte y, aun así, fueron cazados. Euskaltel había designado a Rubén Pérez como principal baza para colarse en la fuga, pero no tiene la forma del año pasado y tuvieron que ser los dos más fuertes, Gorka Izagirre y Egoi Martínez, los que lo intentaran sin suerte.

El intento definitivo

Justo cuando fue atrapado el de Etxarri Aranatz saltó Thomas Voeckler (Europcar) y con él se fueron Fédrigo (FDJ), Devenyns (Omega), Dumoulin (Cofidis), Vandevelde (Garmin) y luego se les unió Nicki Sorensen (Saxo).

Consiguieron el permiso del pelotón y obtuvieron una ventaja que superó los cinco minutos. Entonces empezó a trabajar el Lotto con un par de corredores y rebajó la diferencia un minuto, pero ningún equipo se sumó al trabajo y desistieron.

Lorenzo Lapage, director del Orica Greenedge, había anunciado antes de la salida la decisión de no tirar en cabeza del pelotón porque otros días habían hecho todo el trabajo y los demás se habían aprovechado. Aunque la razón principal por la que no tiraron es porque Goss no está a su mejor nivel y no responde al trabajo del equipo.

Cuando el Lotto paró, los escapados empezaron a abrir distancia con un pelotón en el que el Sky se limitó a poner una marcha cómoda que los demás agradecieron tanto como la jornada de descanso de hoy antes de afrontar mañana la etapa reina de los Pirineos. A pesar de que los primeros puertos pirenaicos se subieron el domingo al ritmo de Cavendish y de que ayer no había dureza y solo se disputaron los 65 primeros kilómetros seis corredores abandonaron: Bernaudeau y Jerome (Europcar), Van Hummel (Vacansoleil), Hutarovich (FDJ), Chavanel (Omega) y Lancaster (Orica). El pelotón está muy cansado.

La victoria se decidió en un ataque a seis de meta de Fédrigo y Vandevelde, que se entendieron bien para llegar juntos a la línea de meta, en la que el norteamericano ni llegó a sprintar.