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80 años de fiestas (y IV)

Evolución para bien y para mal

Arantxa MANTEROLA | BAIONA

Con el tiempo y gracias a la perseverancia de los sectores euskaltzales, la cultura vasca y el euskara están cada vez más presentes en las fiestas de Baiona. Desde hace unos cuatro años, el Comité de fiestas publica un pequeño libreto dirigido a los no euskaldunes con las frases más corrientes traducidas al idioma nacional.

Actos como el Karrikaldi organizado por las asociaciones Orai Bat, Baiona Kantuz, Ibaialde y Leinua se han hecho insustituibles en el programa. Desde mediados de los años 90, sus espectáculos, danzas y cantos han ido ganando adeptos y su popularidad es ya incuestionable. De hecho, los meses precedentes a la fiesta decenas de personas aprenden el fandango, el arin-arin, los mutxikos o larrain dantza para participar en el Dantzazpi que tiene lugar diariamente; en los últimos años, en la plaza Jacques Portes.

Jon Lopategi fue quien en 1990 lanzó el primer bertso desde la balconada consistorial. Hubo que esperar siete años a que subiera otro bertsolari, Andoni Egaña, pero desde entonces el bertso se ha integrado en el acto que da inicio a las fiestas.

Otros eventos forman parte del tradicional programa. Es el caso de la Mascleta, un espectáculo pirotécnico de toques exóticos que, desde 1991, coincide con la apertura de las fiestas. El Día del Niño, instaurado en 1996, se ha convertido en un clásico con la tamborrada infantil, el encierro txiki, el picnic y, sobre todo, el despertar del Rey León.

Retos de Guiness

Los retos son un tipo de iniciativas que han ido apareciendo y desapareciendo del programa. El último Pakito Txokolatero que, emulando al de Iruñea, empezó a organizarse a mediados de los años 2000 se realizó en el 2010, cuando también batió el récord -dicen que mundial- de participación al sentar en el asfalto de la avenida Boufflers a 8.060 personas, que efectuaron la particular bogada al son del célebre pasodoble. Dejó de organizarse por motivos de seguridad. Ahora son los flash mobs o el Zum'Banda los que han tomado el relevo, pero sin alcanzar, por el momento, aquellas cifras.

Quien desee una actividad más reposada tiene la opción del Yoga de Fiestas que todas las mañanas tiene lugar en la plaza de la Libertad.

De todos modos, el acto más masivo sigue siendo el de la apertura de la fiesta. Miles de personas se agolpan en la plaza de la Libertad al pie del balcón del ayuntamiento en el que, junto al rey León y los representantes políticos, aparecen los personajes invitados cada año. Deportistas, actores y cantantes famosos han ido abriendo los festejos. El tenista Yannick Noah, el jugador de rugby Remy Martin, el tenor Luis Mariano, las cantantes Mireille Mathieu o Sylvie Vartan han ido sucediéndose en el balcón consistorial.

En vísperas de la fiesta o, anteriormente aunque dentro de las mismas, suele ser habitual el concierto de artistas muy relevantes en la plaza de toros. Este año ha sido Bob Dylan pero si alguien dejó huella fue el archifamoso Johnny Halliday, que actuó en 1963 con un llenazo impresionante. Sin embargo, el concierto estuvo a punto de suspenderse porque el cantante de rock más conocido del Hexágono fue víctima de una tomatada lanzada desde el tendido, lo que hizo que interrumpiera su actuación. Al final, le convencieron para volver al escenario bajo la promesa de que no habría incidentes. Lo hizo, eso sí, rodeado de CRS (policías antidisturbios). El ambiente festivo ya empezaba a degradarse.

Víctimas de su éxito

Y es que las fiestas de Baiona también son conocidas por los graves incidentes que se han producido muchos años, desde personas muertas o gravemente heridas en agresiones o accidentes a las violaciones de mujeres.

Ya en 1962 se suprimió una jornada festiva por los derrapes habidos en ediciones anteriores. También en el 1969 se planteó suspenderlas y al año siguiente el alcalde Henri Grenet (padre del actual) suprimió otro día dejándolas en cuatro. En la década de los 80, la fama de «peligrosas» aumentó.

Lejos quedaba la satisfacción que dejaron aquellas primeras de 1932, de las que las crónicas recuerdan que, a pesar del gentío registrado, «no ha habido que deplorar ni un accidente ni ningún incidente».

Pero, todo hay que decirlo, el trabajo de prevención e información impulsado en particular por movimientos feministas y ecologistas que han conseguido implicar a la Comisión de fiestas está logrando sensibilizar a todos los participantes y, poco a poco, a recobrar el buen ambiente con el que comenzaron hace ahora nada más y nada menos que ochenta años.

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