El informe elaborado por UGT, presentado ayer en Iruñea, analiza los efectos fisiológicos, psicológicos y patológicos del trabajo a turnos y nocturno, sus repercusiones en el rendimiento, la seguridad y el absentismo, y los aspectos organizativos precisos para mejorar las condiciones de trabajo.

Según el estudio, únicamente un 10% de los trabajadores afectados por ese tipo de horarios responde que se adapta bien, y más del 30% afirma que, cuando comete algún error, se debe a la sobrecarga de trabajo.

El estado anímico de los trabajadores a turno es de fatiga para un 41% de ellos, mientras que un 38% sufre insomnio, un 39 irritabilidad, 29 problemas de concentración y un 26 desmotivación.

En cuanto a su estado físico, un 36% dice que se sienten cansados, un 20% somnolientos, un 18% con mal cuerpo, un 16 tensos, un 12% irritados y hambrientos, un 11% padece cuadros de ansiedad, un 9% arritmias cardiacas, un 8% depresión, un 6% se muestran torpes y un 3% tiene crisis de pánico.

El 55% manifiesta que su horario le deja poco tiempo para conciliar la vida familiar y laboral y un 11% considera que no puede conciliar ambas esferas.

Para paliar estos efectos, UGT plantea establecer ciertas pautas y medidas organizativas que permitan unas condiciones de trabajo más favorables o menos dañinas para su salud, desde limitar los turnos de noche a tres días consecutivos, que sean más cortos que los del día o reducir la carga de trabajo.

Otras serían que no hagan el turno de noche las trabajadoras embarazadas o en período de lactancia, evitar el paso directo de un horario a otro y mantener las relaciones sociales.