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Atletismo La jornada de hoy

Rudisha sale de cacería en Londres

El genial ochocentista keniata busca el oro olímpico para completar el círculo, con el sudanés Kaki y el etíope Aman más que atentos.

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Miren SÁENZ

David Rudisha pretende seguir completando su excelente periplo en los 800 metros. El keniata ha cubierto el último ciclo olímpico de la mejor forma posible, con el oro en el Mundial de Daegu'2011 y la plusmarca, 1:41.01. El fue quien borró de las tablas al eterno Wilson Kipketer. Después no se ha dormido en los laureles. Esta misma temporada ha corrido en 1:41.54 y también ha opinado sobre cómo ve el crono de su distancia. «Creo que quizás es posible hacer menos de 1:41 pero ¿menos de 1:40? Sigo sin saber cómo puede ser o quién puede hacerlo. Pero, desde mi punto de vista, sigo pensando que hay espacio para mejorar y bajar de 1:41».

Con 24 años aspira a su primer oro olímpico, algo que no alcanzó su excompatriota Kipketer, con pasaporte danés y tan elegante como él. Si lo logra será otro león en su historial. Cuando batió la plusmarca por dos veces en una semana, en su pueblo le dijeron que había sido «como matar un léon». A este paso va a acabar con toda la manada. Hijo de Daniel, un cuatrocentista que ganó la medalla de plata en México 1968 como integrante del relevo de 4x400 metros, mamó el atletismo desde niño y destacó desde muy joven. En 2006 se proclamó campeón mundial junior.

Su objetivo está fijado desde hace tiempo. «Quiero llevar a casa quizá una medalla de oro, así tendremos dos medallas de los Juegos Olímpicos», ha repetido en más de una ocasión.

Llega con el segundo mejor registro de semifinales (1:44.35). Al lado tendrá al sudanés Kaki (1:44.51), la otra perla de la distancia -que ganó la primera- y al etíope Aman, quien con 1.44.34 lo hizo mejor por una centésima dominando la tercera. Son solo clasificatorias, sensaciones sin más. Aman, por cierto, fue el chaval que acabó con su imbatibilidad cuando el keniata encadenaba 26 victorias.

La hora de la verdad será esta noche, también para Amos de Botswana, el británico Osagie, el polaco Lewandowski, el keniata Kitum y los estadounidenses Solomon y Symmonds. Aunque no para Borzakovskiy, el galgo ruso incapaz de seguir la estela de Rudisha en las semifinales. La carrera pierde así al campeón de Atenas'2004, aquel ochocentista temerario que evitaba los conflictos de los primeros metros para progresar desde atrás.

El moscovita ganó hace un mes en Helsinki el último oro continental pero, eso sí, a riesgo de perderse lo mejor.

A concurso

En triple salto los ingleses han tenido grandes representantes. Jonathan Edwards fue el más genuino así que, aunque el gancho de los 200 masculinos sea insuperable, habrá un rincón para un concurso que por el camino ha perdido a uno de los hombres que les podía aportar una medalla. Se trata del indomable Idowu, subcampeón olímpico en Beijing, incapaz de clasificarse el martes, estancado en 16,53 cuando el británico posee 17,81.

El más destacado de la previa es Christian Taylor, con 17,21 metros, confirmando su liderazgo veraniego en el que el americano ha saltado 17,63. Tiene 22 años y es el campeón mundial. Sigue la escuela cubana, que primero con Quesada, luego con Betanzos y también con Giralt ha sido capaz de estar representada en los últimos seis Juegos. Alexis Copello lo logró por los pelos, tras un último intento de 16,79 que le metió en la repesca cuando el corte estaba en 17,10. En jabalina, la checa Barbora Spotakova busca otro título.

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