Marie-Pierre FEREY

La ceremonia de inauguración supuso un festival de trajes y colores, como el verde y amarillo vivo de Jamaica confeccionado por Cedella Marley, hija de Bob Marley. Mención especial mereció en la prensa el equipo checo, calzado con «las botas de agua azules más horribles de la humanidad», escribió la cronista de moda Carolyn Asome en el diario «The Times». «De acuerdo, todo el mundo esperaba un verdadero diluvio inglés», admitió Asome, antes de agregar que al menos habrían podido optar por unas «wellies» más estilosas, como las de la marca británicas Hunter.

La palma de la autenticidad se la llevaron los mexicanos, cuyos coloridos ponchos están «totalmente en sintonía con la tendencia del próximo otoño», precisó la experta.

Los atletas españoles criticaron sus equipaciones rojo y oro suministradas -gratuitamente- por la marca rusa Bosco, que viste también en estos Juegos a rusos y ucranianos. «Son muy feas. No tienen una estética nada latina, parecen más bien de un país del Este», dijo por Twitter el remero Craviotto.

Estados Unidos, vestida por el diseñador Ralph Lauren -como en Beijing y Vancouver-, lució una boina más acorde con la tradición francesa, pese a lucir la insignia olímpica y las barras y estrellas. Muy patriótica, salvo que los uniformes procedían de China, un detalle que suscitó gran polémica en pleno año electoral en el país norteamericano.

La ropa responde ahora también a necesidades técnicas y de patrocinio. A los espectadores no les habrán pasado desapercibidos el número de corredores calzados con zapatillas de color amarillo fluorescente en la pista de atletismo, fruto de la guerra que libran las casas Nike y Adidas -la empresa alemana se vanagloriaba ayer mismo de haber logrado «la mayor facturación de mercadotecnia de todos los tiempos con productos de los Juegos Olímpicos», en palabras de su consejero delegado Herbert Hainer.

En busca de nuevos récords, los atletas apuestan por uniformes super técnicos, a años luz de las camisas y pantalones a media pierna que se llevaban en Atenas 1896, los primeros Juegos de la Era Moderna. Los tejidos sintéticos y la búsqueda de aerodinamismo se imponen a partir de los 70, y los pantalones de acortan de una edición a otra.

Estados Unidos utiliza tecnologías de la industria espacial, con tejidos concebidos para reflejar los rayos de sol y absorber el sudor. Los ordenadores entran en juego en los años 80 para estudiar los efectos del viento y de la resistencia en los tejidos, tecnologías que hoy utilizan todos los equipos.

En otro registro de diseño, la palma se la llevan los bañadores «piraña» del dúo español de sincronizada, sin duda para impresionar a sus rivales... con éxito, a juzgar por su medalla de plata. Ayer todo el equipo se cortó el pelo para poder ajustarse unos gorros y junto al bañador simular escamas de pez.