Bankia se desploma un 19,83% tras el aviso del FROB a los inversores
Tras once jornadas de subidas consecutivas alimentadas por la inminente inyección del primer tramo de la ayuda financiera a la banca española, las acciones de Bankia caían ayer un 19,83%. Este descenso fue la respuesta de los inversores a la advertencia del FROB que indicaba a los accionistas que deberán costear el saneamiento de la entidad nacionalizada. Recuerda además que la entidad se encuentra en un riguroso proceso de revisión contable.
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La buena racha de Bankia en la Bolsa española apenas ha durado once días. Después de que el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) advirtiera la noche del jueves a los accionistas de que «deberán participar» en la cobertura del coste del saneamiento de Bankia, sus acciones se desplomaron y cerraron la jornada de ayer con una caída del 19,83%. Por su parte, las acciones del Banco de Valencia cayeron un 17,02%, después de que en vísperas avanzaran un 135%.
La posibilidad de una inminente llegada de la inyección del primer tramo de la ayuda europea para sanear el sector bancario motivó a los inversores. Bankia llevaba así once subidas consecutivas, que le han valido para elevar su valor en Bolsa en unos 1.100 millones de euros desde su última caída, registrada el pasado 25 de julio.
No obstante, el aviso remitido por el FROB hizo caer el valor de las acciones de la entidad nacionalizada. Ahora, la acción de Bankia se intercambia a un precio de 1,213 euros.
Llamada a la cautela
Las jornadas al alza de Bankia en las últimas semanas llevaron ayer al FROB a enviar un mensaje de cautela a los accionistas. Así, advirtió en una comunicación a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) «en relación a las entidades participadas por el FROB y la reciente evolución de la cotización en bolsa de Bankia y Banco de Valencia» que sus accionistas «deberán participar» en la cobertura del coste de su saneamiento.
Señaló que los detalles del memorando de entendimiento firmado el pasado 20 de julio con las autoridades europeas para que la banca española reciba una ayuda de 100.000 millones de euros recoge que «los accionistas deberán participar en la cobertura del coste de los procesos de saneamiento de las entidades que reciben ayudas públicas en los términos que establezca el plan de reestructuración que aprueben el Banco de España y la Comisión Europea».
El FROB también indicó que Bankia se encuentra dentro del Grupo 1 en la clasificación establecida en el memorando y que, como las entidades incluidas en dicho grupo, «se encuentra sometida a un riguroso proceso de revisión contable, de reevaluación de su situación patrimonial y de reestructuración de sus bases de recursos propios y de su actividad comercial».
El comportamiento de Bankia en el mercado de valores, que podría calificarse como espejismo, era predecible según la mayoría de expertos. Explican que se trata de un rebote tras el fuerte castigo experimentado en los últimos meses. Añaden que la subida respondía a la posibilidad de una inyección de capital inmediata y a «mucha especulación» pero recuerdan que Bankia sigue teniendo un duro camino que recorrer.
Un 93,8% de los expertos consultados por Bloomberg aconseja vender el valor de Bankia y ninguna firma recomienda tomar posiciones en el banco. Los analistas coinciden en que los inversores que están entrando en valor buscan beneficios a corto plazo.
La agencia de calificación crediticia Fitch advirtió ayer de que el énfasis en proteger a los depositantes y en reducir el coste para los contribuyentes tal y como se recoge expresamente en el memorando de entendimiento de la ayuda a la banca española puede dejar abierta la puerta a la posibilidad de que los bonistas senior de las entidades rescatadas deban asumir finalmente parte de las pérdidas en el caso de instituciones no viables.
Por otro lado, señaló que la obligación de compartir las cargas impuestas por el memorando a los tenedores de deuda subordinada y participaciones preferentes de los bancos españoles viables que requieran apoyo se diferencia de otros rescates en que, en estos casos se había llevado a cabo mediante el aplazamiento o el impago del cupón en vez de forzando una reducción de la deuda. Otra diferencia en el Estado español es que una gran proporción de estos instrumentos se distribuyeron a través de las sucursales bancarias y no por inversores institucionales, lo que podría conllevar problemas reputacionales y legales relativos a malas prácticas en su comercialización. De este modo, la agencia señala que, a pesar de que el plan de rescate de la banca española pretende ser la «reforma final», cabe la posibilidad de que no sea así debido las duras condiciones económicas y de los mercados en el Estado español. GARA