Raimundo Fitero
Mujeres
Lo que es incuestionable es que el binomio mujer/agua, ha proporcionado a la delegación presidida por el cuñado de Urdangarin una cosecha de medallas inusitada. Los deportes de contacto, lucha grecorromana, taekwondo, también han sumado. Es decir en un momento en el que la crisis económica ha repercutido de manera general en el deporte de elite, las mujeres, por su constancia, su ambición, su capacidad de sufrimiento, su disposición han logrado dar una imagen muy diferente, colocándose en finales, semifinales en deportes que no tienen en la competición normal estatal una presencia considerable de mujeres, como waterpolo o balonmano.
Pues con todas estas consideraciones, pese al sobrevenido interés oportunista de los medios de comunicación, lo cierto es que la cobertura sobre el mismo deporte, practicado por mujeres u hombres, es discriminatorio para las mujeres. Y lo es en cantidad y calidad, en tono, en darle importancia o en hacer un relato que enganche lo suficiente. Al waterpolo y al balonmano en concreto me refiero. Porque no hace falta recordar que las mujeres del Athletic, que llenan las vitrinas del centenario club bilbaíno de trofeos, no los celebran con gabarra pese a ser del mismo rango, o superior, lo ganado. Quizás lo más sencillo sea hablar de un machismo genético, activo o residual, pero seguro que desde las ciencias sociales o médicas se pueda profundizar algo más en estas circunstancias anómalas de valoración y/o identificación simbólica con mujeres u hombres. ¡Gora Maider!